Un informe del Boston Consulting Group, que estudia 25 economías del mundo, señala que sobrarán trabajadores en 2020, pero faltarán una década más tarde debido a la actual tendencia demográfica.
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El estudio abarca las naciones del G20 y otras economías que colectivamente representan más del 80 por ciento del producto bruto interno (PBI) mundial y unos dos mil millones de trabajadores, más del 65 % de la población del planeta.
El panorama es variado. En Brasil faltarán más de 8 millones de trabajadores en 2020 y la situación empeorá en 2030, mientras que en China, que tendrá un fuerte excedente laboral a fin de esta década, habrá un marcado déficit de trabajadores en 16 años.
Sudáfrica es un país con excedente laboral permanente tanto en 2020 como en 2030, igual que Estados Unidos.
Francia, Italia, Canadá, Holanda y el Reino Unido, que hoy tienen más trabajadores que puestos, tendrán déficit de trabajadores en 2030.
Según Rainer Strack, coautor del informe, estas tendencias tendrán un fuerte impacto económico y político.
“Las economías dependen del capital humano y talento. Si hay desequilibrios entre la demanda y la oferta laboral se producen serios problemas. Se sabe que el exceso de trabajadores implica desempleo masivo y problemas sociales, pero el déficit también tiene serios problemas en cuanto a tendencias inflacionarias y potenciales no realizados”, indicó a BBC Mundo.
Según el estudio, la escasez laboral en 2030 representará una pérdida económica a nivel mundial equivalente a US$10 millones de millones o 60% del PIB de Estados Unidos
UN SIMPLE CÁLCULOEl cálculo que hace el estudio se basa en una combinatoria simple.
Con las proyecciones de población total y masa laboral de las Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), investigó cuántos trabajadores necesitaría cada país para tener en 2030 el mismo crecimiento económico de los últimos 10 y 20 años.
Si tomamos a Alemania como ejemplo, las proyecciones de la OIT indican que entre hoy y 2030 su población económica activa (de 16 a 65 años) se reducirá de 43 a 37 millones.
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De manera que si Alemania quiere crecer a un 1,2% como lo hizo en los últimos 10 años, necesitará entre 8 y 10 millones de trabajadores adicionales o saltos tecnológicos tales que le permitan suplir con máquinas esa masa laboral.
“Cuando el desempleo está por debajo del 5% creemos que hay un horizonte futuro de déficit de trabajadores. Alemania ya está en esta situación. Si no adopta medidas económicas crecerá menos, perderá competitividad, habrá inflación salarial y se trabará la formación de nuevas empresas que requieren determinado tipo de trabajadores. Hoy ya es evidente esta falta de ingenieros y programadores”, señala Strack.
LOS DOS PERFILES DEMOGRÁFICOSLa clave de este impacto es la caída de la tasa de natalidad y la mayor expectativa de vida.
“El descenso de la tasa de natalidad en un país como Alemania es tan pronunciado que en siglos nuestra población no ha sufrido una caída similar con la excepción de cuando hubo guerra o epidemias”, puntualiza Strack.
La visión tradicional sobre los cambios demográficos es que los países con economías desarrolladas tienen baja natalidad y mayor expectativa de vida mientras que en las naciones en desarrollo hay una ecuación inversa que genera un excedente laboral.
Este perfil demográfico de país desarrollado produce problemas como los que ha enfrentado Japón.
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En los últimos 20 años la tasa de fertilidad bajó de 1,7 a 1,4, un fenómeno que solo parcialmente fue cubierto por la mayor inserción laboral femenina (del 70 al 74%) y una mayor inmigración.
“El fuerte desequilibrio que se generó entre demanda y oferta laboral ha contribuído al estancamiento de la economía japonesa en las últimas décadas, cuando pasó de un 4% de crecimiento anual en los 80 a un 1% anual de 2003 a 2012”, señala Strack.
Sudáfrica coincide con el perfil típico de país en desarrollo. Aunque la tasa de fertilidad ha bajado en los últimos 50 años, en la última década apenas varió (de 2,7 a 2,4) y es marcadamente más alta que en los países desarrollados. La expectativa de vida es de alrededor de 50 años.
El cálculo es que en 2030 tendrá el más alto nivel de desempleo (exceso de fuerza laboral) de toda la muestra.
UNA GLOBALIZACIÓN DEMOGRÁFICAEstas diferencias entre países desarrollados y en desarrollo se están achicando a gran velocidad en muchos países con el crecimiento económico y la aparición de una pujante clase media.
La caída de la oferta laboral que se percibe hoy en Alemania y Japón también es evidente en Brasil, Polonia y Rusia.
“Un crecimiento más lento de la población en Brasil y una mayor expectativa de vida están cambiando su perfil demográfico. Lo mismo sucede con China. El crecimiento económico y una clase media cada vez más importante hace que estos países estén avanzando aceleradamente hacia una nueva fase demográfica”, señala Strack.
Según el cálculo del Boston Consulting Group China tiene hoy un excedente de 55 millones de trabajadores que, asombrosamente, se convertirá en un déficit laboral de 24 millones de trabajadores en 2030.
“En este caso, además de los factores señalados, se sentirá mucho el impacto de la política del hijo único que el país sigue desde 1979. Esta política ha llevado a que el país más poblado del mundo se convierta también en el que tiene una mayor masa de viejos. Incluso en caso de que se implementen algunas iniciativas para contrarrestar este problema, el impacto será limitado”, señala Strack.
India, que tiene un perfil económico-social parecido, pero que no ha seguido la política del hijo único tendrá un equilibrio entre oferta y demanda laboral en 2030.
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LAS SOLUCIONESEl estudio ve cuatro posibles caminos para disminuir esta brecha entre la demanda y oferta laboral.
Incrementar la productividad por medio de la inversión en tecnología, infraestructura y educación. Incrementar la participación laboral de la población económicamente activa estimulando la participación femenina, el aumento de la edad jubilatoria y la promoción de trabajos para la tercera edad. Aumentar la inmigración. Estimular un aumento de la tasa de natalidad.
Para Rainer Strack el problema es que nadie está avanzando en esta dirección.
“Hay una tendencia a una mayor participación de la mujer y a un incremento de la edad jubilatoria, pero la política inmigratoria no ha dado ningún paso y no hay conciencia del problema”, señala Strack.
El estudio es pesimista por otra razón. Según el informe, el desequilibrio entre oferta y demanda laboral puede revelarse como mucho más profundo una vez que completen el análisis que están haciendo de las necesidades que tienen estas economías de trabajadores con un determinado perfil técnico o educativo y la oferta laboral concreta.
“Un país puede tener aparentemente un equilibrio perfecto entre oferta y demanda laboral y, sin embargo, al analizar pormenorizadamente los datos, podemos descubrir que tiene una carencia de un millón de trabajadores con educación secundaria. Esta carencia tiene un impacto muy fuerte en la productividad y el crecimiento. Cuando tengamos estos datos se verá con mayor claridad la profundidad de la crisis”, señala Strack.