Las necesidades brutas de financiamiento en la Argentina para el 2020 ascienden a US$50.000 millones, según estimaciones privadas, señaló María Iglesia, economista y periodista de El Cronista.
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Añadió que si se computa el próximo período presidencial, de 2020 a 2023, alcanzan los US$136.000 millones. El monto se reduciría a US$100.000 millones para los próximos cuatro años si se reprograma el reembolso del FMI, según la consultora Seido.
“El proyecto de Presupuesto que el ministro de Hacienda Hernán Lacunza presentó en el Congreso el 16 de septiembre, calcula que las necesidades brutas de financiamiento alcanzan el 16% del PBI”, explicó Iglesia en su columna.
Esta tasa se apoya, también, en un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), que indicó que el país necesita de 5.090 billones de pesos para cubrir el financiamiento del próximo ejercicio, que comprende el 16,1% del PBI.
En Seido, bajo el supuesto de que habrá un déficit primario equivalente a 1,5% del PBI (diferente del proyecto oficial), estiman que las necesidades brutas trepan a 12,4% del PBI en 2020.
Sobre los vencimientos a enfrentar en los próximos meses, Iglesia desmenuza el análisis de las consultoras en que “las necesidades financieras mensuales, excluyendo el déficit primario, promedian US$ 2.500 millones entre septiembre y enero, pero suben a un promedio de US$ 5.700 millones entre febrero y mayo de 2020”.
Advierte, además, que el riesgo de liquidez para la Argentina tiene su origen en un problema de legislación local, pero “se vuelve más internacional a medida que nos expandimos al riesgo de solvencia”.
“Sería más urgente conseguir la ley en el Congreso hoy que terminar de negociar con los bonistas que tienen títulos bajo legislación extranjera. Aunque una cosa va atada a la otra”, puntualizó.