AFP.- Los grandes grupos automotores se reúnen este lunes en el Salón del Automóvil de Shanghái, apostando por el mercado chino, el primero del mundo, pese al estancamiento y a la desaceleración económica.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Un estancamiento relativizado por los profesionales del sector. Después de una subida del 14% en 2013, las ventas de autos nuevos en China progresaron un 6,9% el año pasado, hasta los 23,5 millones de vehículos. En el primer trimestre de 2015, sólo aumentaron un 3,9% interanual pese a la resistencia de los utilitarios (+9%).
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“En mi opinión un crecimiento de 6% u 7% es todavía fuerte. Evidentemente se encuentra por debajo del de dos cifras de los años anteriores, pero lo que había antes no era francamente sostenible”, explicó Carlos Ghosn, director general de Renault y Nissan.
“Esta cadencia al ralentí es sostenible y representa, con todo, más de un millón de coches adicionales por año, lo que deja margen de progresión a todo el mundo”, afirmó con motivo de este salón del automóvil, organizado de forma alterna en Pekín y Shanghái.
Para Jochem Heizmann, director de Volkswagen China, “sigue siendo un mercado increíble”, pero que sufre el cambio de la segunda economía mundial, la “nueva normalidad” del reequilibrio buscado por Pekín.
De hecho, el gigante asiático está a punto de registrar su peor crecimiento en 25 años. Y una serie de ciudades han establecido cuotas estrictas de matriculaciones para frenar la contaminación y los atascos. Entre ellas figura la propia Shanghái, sobre la que este lunes flotaba una capa de polución atmosférica que ensombrecía el cielo.
Pero los productores, que no cesan de aumentar sus capacidades de producción en el país, se declaran capaces de adaptar sus estrategias.
“Esto no nos sorprende, ni nos asusta”, aseguró el presidente del directorio de PSA Peugeot Citroën, Carlos Tavares. Los constructores extranjeros, aliados a grupos públicos locales, se quedan siempre con la mejor parte, pero las marcas estrictamente chinas han aumentado las ganancias en el primer trimestre, añadió Tavares.
Las marcas locales han acaparado el 43% del mercado de los utilitarios. Una “ofensiva temporal”, matiza Maxime Picat, director general de Peugeot.
Para él, esta mejora no influye en la preferencia de los consumidores chinos por las compañías extranjeras, y se debe sobre todo a la salida de modelos de 4x4 urbanos, muy populares en China.
Estos coches son la estrella del salón y del mercado, con un aumento en las ventas del 49% interanual en el primer trimestre. Es probable que China se convierta en el primer mercado mundial para este tipo de vehículos antes de 2018, pronosticó John Lawler, director general de Ford Motor China.
LUJO Y ALTA GAMAEn cuanto a los vehículos “verdes”, híbridos o eléctricos, los constructores concuerdan en que las perspectivas son prometedoras. “Es un compromiso fuerte de las autoridades chinas”, lo que incita a invertir, afirmó Mark Fields, jefe de la estadounidense Ford.
También coinciden en que los obstáculos técnicos son enormes, entre ellos la falta de infraestructuras de recarga. Las ventas de vehículos de energías alternativas se triplicaron en el primer trimestre, hasta casi 26.600 unidades, aunque no llegan al 1% del mercado.
El sector del lujo y de los coches de gama alta (dominado en China por Daimler-Mercedes, Volkswagen-Audi y BMW) padece las repercusiones de la campaña anticorrupción del gobierno chino.
“Hay un impacto cultural, lo notamos en la gama alta, es una tendencia. También hay menos compras de coches para el gobierno”, explica Luca de Meo, miembro del consejo de administración de Audi.
Como muestra del nuevo clima de austeridad, las autoridades parecen haber prohibido las modelos escotadas en el salón de Shanghai. Para esta edición los constructores se contentaron con azafatas vestidas con mucho recato.