DPA.- Tras siete años de expansión monetaria, la inminente elevación de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) abre en América Latina un escenario de incertidumbre que podría agravar las condiciones de financiamiento en la región, en un contexto de desaceleración de la economía global.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
La reunión del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés) ultimará a partir de hoy los detalles de un aumento de tasas que se anunciaría mañana y pondría fin a una inédita etapa de “dólar barato” que significó, para los países de América Latina, el ingreso de importantes flujos de capitales tras la crisis financiera de 2008 en Estados Unidos.
Durante los últimos siete años las principales plazas financieras de de la región se vieron favorecidas por la llegada de fondos ávidos de invertir en distintos sectores impulsados por el llamado “super ciclo” de los commodities, que consagró subas récord en productos como la soja y el petróleo.
Sin embargo, la desaceleración de la economía global liderada por China y la caída del precio del barril de crudo a niveles previos a 2008 parece inaugurar una etapa de desencanto en América Latina, que se vería agravada por la decisión de la Fed de subir las tasas de interés a corto plazo.
Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado en octubre de este año advertía que el deterioro de las perspectivas de la región y el fortalecimiento de la recuperación de Estados Unidos “han moderado los flujos de capitales netos destinados a la región” y ejercen “mayores presiones de depreciación del tipo de cambio”.
Con América Latina en baja, el apetito de los inversores parece orientarse ahora nuevamente a Estados Unidos, donde instrumentos financieros como los títulos del Tesoro ofrecen mejores rendimientos que los bonos de los países latinoamericanos.
Una suba en las tasas de interés en dólares también forzaría un encarecimiento del crédito externo para los países de la región y ejercerá presión sobre los tipos de cambio. Algunos gobiernos se verán en la encrucijada de corregir a la suba sus propias tasas para evitar la depreciación de sus monedas, o dejarlas en un nivel similar al actual para fomentar el crédito, a riesgo de que la inflación crezca.
IMPACTO POR PAÍS
Los escenarios varían según la situación fiscal y externa de cada país. Según el FMI, la recuperación económica de Estados Unidos ofrecerá cierto apoyo al crecimiento económico de países asociados a la economía de ese país, como México y América Central.
En México las autoridades han sostenido que el país cuenta con fundamentos sólidos para poder acceder a los mercados internacionales, en un entorno de mayor competencia por el financiamiento. No obstante, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, sostuvo que “la volatilidad y la incertidumbre” son los principales retos para la deuda pública mexicana.
Una suba de tasas por parte de la Fed “habrá de modificar la disponibilidad de capitales para las economías emergentes”, afirmó.
Brasil, afectado por la desaceleración de la economía China y el escándalo de Petrobras, padece un creciente déficit fiscal que hizo crecer las dudas del mercado respecto de la sostenibilidad de su deuda. Los rendimientos de los bonos comenzaron a aumentar a partir de julio, y un encarecimiento del dólar acarreará mayores costos de endeudamiento.
Argentina, afectada por las dificultades de Brasil, su principal socio comercial, deberá lidiar con el doble desafío de corregir el tipo de cambio y regresar al mercado de crédito externo, luego de que el litigio con los denominados “fondos buitre” dificultara el acceso del país al mercado de deuda.
La decisión de la Fed condicionará los movimientos del nuevo gobierno y podría encarecer los pagos deuda en dólares tanto del gobierno central como de provincias y municipios.
El exceso de volatilidad del tipo de cambio “podría plantear riesgos adicionales para los países con exposiciones considerables a créditos en moneda extranjera”, como Perú y Uruguay, señaló el FMI. Pero una moneda más débil también “podría ayudar a impulsar las exportaciones notablemente en las economías más diversificadas”, como Brasil.
Chile y Colombia, dependientes de las exportaciones de cobre y petróleo pero con perspectivas de crecimiento positivo y relativo equilibrio fiscal, hallarían menos complicaciones.
Al cierre del lunes la mayoría de las bolsas de América Latina cerraban en rojo y oscilaban con pérdidas mensuales entre 3,78% (Brasil) y 7,35% (Colombia), señal de que los inversores ya daban por descontado el anuncio que Janet Yellen, titular de la Fed, formalizaría mañana.
La sorpresa fue Venezuela, que acumula una suba del 15,85% en los últimos 30 días, afianzada por la victoria de la oposición en las elecciones legislativas del pasado 6 de diciembre.