Itaú Unibanco, la mayor entidad financiera privada de Brasil, prevé que la economía de Brasil crecerá un 2,5% en 2019, aunque esa expansión está condicionada a la aprobación de reformas, entre ellas la del sistema de pensiones, informó hoy el equipo de economistas de la compañía.
El economista jefe de Itaú, Mario Mesquita, afirmó que la deuda brasileña es “insostenible” y “está en una trayectoria explosiva”, por lo que es necesario un “ajuste fiscal” ya en el primer año del Gobierno que, en enero próximo, asumirá el presidente electo, Jair Bolsonaro.
La previsión del banco para este año es terminar con un crecimiento del 1,3% y saltar hasta el 3% en 2020.
En su opinión, la prioridad ahora es “resolver el problema de flujo financiero” y “eso pasa por la cuestión de las pensiones”.
La reforma del sistema de pensiones es vista como fundamental por el mercado, las patronales y diversos organismos internacionales para reequilibrar las cuentas públicas y revertir el abultado déficit fiscal del gigante suramericano.
El actual gobernante Michel Temer, cuyo mandato terminará el 1 de enero, cuando será investido Bolsonaro, intentó sin éxito la aprobación de un proyecto que incluía el establecimiento de una edad mínima de jubilación, entre otros aspectos, pero quedó paralizada en el Congreso por falta de apoyo.
Bolsonaro se ha comprometido a sacar adelante una reforma del sistema de pensiones, que suponen un gasto de alrededor del 12% del Producto Bruto Interno (PBI) brasileño, si bien aún no ha definido cómo será o si aprovechará parte de la que presentó el Gobierno de Temer.
En la víspera, el mandatario electo abrió la posibilidad a una reforma del sistema de pensiones por partes y, en este sentido, indicó que el primer asunto que llevaría al Congreso sería el establecimiento de una edad mínima.
En la actualidad, la ley permite a las mujeres jubilarse con 30 años de cotización y a los hombres con 35 sin que exista ningún límite de edad para ello, por lo que hay casos en los que personas con apenas 50 años ya pueden percibir esa prestación.
El Itaú prevé que el plazo “más rápido” que imaginan para que salga aprobada la reforma es “marzo o abril” del próximo año, eso “si se aprovecha buena parte” de la que ya tramita en el Congreso.
“Si eso pasa, puede haber una mejora de las condiciones financieras y un impulso a la actividad económica el año que viene. Si hay alguna oportunidad de ver el PBI más fuerte, vendría por una aprobación más rápida”, indicó Mesquita.
El ejecutivo comentó que “los inversores están mirando Brasil con cautela” porque “existen dudas al respecto de la agenda de reformas”, aunque considera que esas dudas se reducirán en las próximas semanas cuando se defina la estrategia económica del futuro Gobierno y este comience a “interactuar con el Congreso”.
Bolsonaro anunció como su ministro de Economía a Paulo Guedes, un liberal ortodoxo de la Escuela de Chicago, favorable a las privatizaciones y a la reducción del tamaño del Estado.