El fin de semana pasado, durante el APEC, tuvimos la visita de Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, quien explicó al resto de países miembros de la región cuál fue el camino que siguieron para lograr revertir el desfase en conectividad e innovación que vivía su país.
Pocos días después, quien fuera el ministro de tecnología y telecomunicaciones de Colombia, Diego Molano Vega, se reunió con el viceministro de comunicaciones peruano, Carlos Valdez para contarle con más detalles los planes ejecutados bajo su gestión y ayudarlo en el proceso de diseño de una entidad similar en el país.
¿Por qué tanto interés en aprender de la experiencia colombiana? Simple: porque han logrado un cambio importante que se puede replicar. No en vano pasaron en los rankings internacionales (Indice Global sobre Innovación) del puesto 90 al puesto 63 (suben 27 puntos en menos de cinco años).
Según explicó Santos, la decisión del cambio - darle más importancia a la tecnología - partió del hecho de ser conscientes de que debían mejorar su productividad para ser más competitivos en los mercados internacionales, y no podrían lograrlo si no reforzaban su capacidad de innovación. “La productividad se basa en el emprendimiento y la innovación”, enfatizó.
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Una de las medidas dictadas, detalló, fue destinar el 10% de las regalías mineras hacia la promoción de la innovación. Además se dictó medidas para deducir de los impuestos los gastos en investigación (75%), se creó una alianza entre la academia y la empresa privada para potenciar el ecosistema del emprendurismo en toda la cadena productiva y se diseñaron “aldeas” en donde las startup puedan trabajar - crear y fallar - sin presiones tributarias. Sumado a ello fomentaron la creación de entidades que financien los emprendimientos, entre ellos por ejemplo los inversores ángeles, para darles el impulso de captial que falta para echarlas a andar.
Santos revela que el trabajo no fue sencillo. Tuvieron que pasar por muchas discusiones entre académicos y burócratas antes de crear un ecosistema y toda una cultura de innovación. La centralización del trabajo a través de un ministerio dedicado al tema fue crucial pero conllevó el apoyo de todas las otras instancias, incluida el área académica, pues era claro que no podía darse el cambio hacia una cultura de innovación si no se cuenta con profesionales preparados para lograrlo.
“Tenemos muchos abogados haciendo taxi y eso genera subempleo y frustración. La idea es que los jóvenes se preparen en formaciones técnicas que les permitan crear empresas y salir al mundo con ofertas innovadoras”, destacó.Añadió que es importante mirar y estudiar las fortalezas productivas que tenemos países como Colombia y Perú y potenciarlas de acuerdo a lo que demanda el mercado.
En ese sentido resaltó que la riqueza en biodiversidad local (abundancia de especies) debe ser aprovechada a través de la biotecnología para convertirnos en potencias que atiendan a la demanda creciente de ello que existe en el mundo. “Nosotros creemos que la bioeconomía puede aportar sin problema el 2,5% del PBI”, enfatizó.
Durante su presentación instó al Perú y a sus pares regionales a sumarse a esta carrera por la transformación productiva y se mostró presto a colaborar en la realización de dicha tarea.
En la actualidad, tal como informará El Comercio, el Gobierno está trabajando en la reorganización del viceministerio de comunicaciones para convertirlo en viceministerio de tecnologías de la información y comunicaciones (MINTIC), lo cual puede tomarle algunas semanas concretar.