China y la Unión Europea (UE) se comprometieron hoy a buscar una solución amistosa para resolver la disputa sobre los aranceles impuestos a los paneles solares producidos por el gigante asiático, uno de los mayores conflictos existentes entre dos de los mayores bloques comerciales del mundo.
La reunión de hoy entre el comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht, y su homólogo chino, Gao Hucheng, sirvió para suavizar la batalla comercial por estos productos, que tras meses de conversaciones y la imposición de un arancel parece que se podría resolver en las próximas semanas.
Confío en que podamos llegar a una solución en los próximos días o en las próximas semanas, dijo De Gucht en una rueda de prensa tras reunirse con sus interlocutores chinos.
Después del encuentro, ambos mandatarios reconocieron el compromiso de encontrar una solución negociada antes del 6 de agosto, cuando el tributo que actualmente ya encarece los paneles solares chinos vendidos en los países de la UE se cuadruplicará hasta un 47,6%.
ACUERDO DE PRECIOS El acuerdo, según sugirió hoy el ministro de Comercio chino, podría basarse en un compromiso en materia de precios, un mecanismo de la Organización Mundial del Comercio que llevaría a China a elevar el precio del producto para que sea más justo o menos desleal y así evitar los temidos aranceles.
De Gucht refirió que ambas partes están más o menos de acuerdo en la forma de cómo debería ser la solución, aunque advirtió que la cuestión no se resolverá de un día para otro.
Hemos comenzado discusiones a nivel técnico esta semana en Bruselas hacia una solución negociada, que continuaron ayer y hoy en Pekín, pero todavía es pronto en el proceso de negociación, explicó el responsable de comercio de la UE.
CANDENTE CONFLICTO La Comisión Europea, con el argumento de que el bajo precio de los paneles comerciales procedentes de China suponían competencia desleal y perjudicaban la industria local, decidió a principios de junio gravar estos productos, algo que no gustó a las autoridades chinas.
Más del 90% de los paneles solares elaborados en China se venden a otros países, de los cuales siete de cada diez se compran en la Unión Europea, un negocio con un volumen estimado de 21.000 millones de euros (27.700 millones de dólares).
El conflicto se trató hoy en el marco de la reunión anual de la comisión económica y comercial conjunta UE-China y se abordó a pesar de no estar en la agenda oficial del encuentro, que se basó principalmente en el inicio de las negociaciones para firmar un acuerdo de inversión bilateral.
Aunque las delegaciones de ambas partes parecen haber encarado un acuerdo por los paneles solares, la batalla comercial entre China y la UE también afecta a otros ámbitos como los productos químicos, los equipos de telecomunicaciones, los tubos de acero inoxidable de alto rendimiento e incluso el vino.
El caso del vino apareció solamente un día después de que la UE tasara los paneles solares chinos, cuando la República Popular anunció el lanzamiento de una investigación sobre los caldos procedentes de Europa por recibir subsidios.
En este sentido, de Gucht se limitó a decir que bajo las normas de la OMC China puede hacerlo, pero que espera que los ciudadanos chinos puedan seguir bebiendo el extraordinario vino europeo.
En la actualidad, el procedente de Francia representa más de un 50% del vino que entra en China, mientras que el español acumula un 8% y el italiano, un 7%.