Con frecuencia la historia se presenta como un encadenamiento de inevitables eventos. Pero la realidad es que desde el surgimiento del cristianismo hasta la disolución de la Unión Soviética o desde la Revolución Francesa hasta la irrupción de Internet, nadie predijo los grandes cambios de la humanidad que, una vez ocurridos, todos explican con docta suficiencia.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El financista-filósofo libanés-estadounidense Nassim Nicolas Taleb ha usado esta paradoja para cuestionar los análisis económicos con los que se predice lo que va a suceder y se explica lo que ocurrió.
Lo bautizó como la teoría del “cisne negro” porque en el siglo XVII el descubrimiento de cisnes de ese color en Australia revolucionó la clasificación zoológica europea que se basaba en la idea de que todo cisne era, por definición, blanco.
Los análisis de año nuevo –incluído el de este cronista– se han concentrado en esos “cisnes blancos” de la economía mundial: el previsible riesgo de una crisis en China o el riesgo de un aumento de la tasa de interés en EE.UU.
En base a este trabajo BBC Mundo identificó seis “cisnes negros” que podrían dar al traste con todas las expectativas económicas de 2016:
► Atentado de Estado Islámico contra instalaciones petroleras
► Salida de Reino Unido de la Unión Europea.
► Ciberataques contra el sistema financiero.
► Crisis en el sector financiero-especulativo.
► Cambios en la política internacional.
► Desastres climáticos y epidemias.