Se considera que un país ha entrado en recesión técnica cuando cumple dos trimestres consecutivos con resultados negativos. El viernes, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) reportó que Brasil, la principal economía de América Latina, se contrajo 0,6% respecto al primer trimestre y que, en los tres primeros meses del año retrocedió un 0,2%, ingresando oficialmente a su primera recesión desde finales del 2008 e inicios del 2009, cuando fue golpeado por la crisis financiera internacional.
Aunque el gobierno de Dilma Rousseff ha tratado de señalar al entorno internacional como responsable de los malos resultados, los analistas apuntan a que han sido sus políticas de izquierda las que han reducido la confianza de los consumidores y de las empresas y han provocado fuertes pérdidas para los inversores financieros.
La economía de Brasil creció en promedio un 4 por ciento durante el Gobierno del predecesor de Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva, entre 2003 y 2010. La expansión en el mandato de Rousseff se encamina a una media de menos de un 2%.
Esto podría golpear aún más las posibilidades de reelección de Rousseff. Las encuestas indican que ella ganaría en una primera vuelta este 5 de octubre, pero perdería ante la ecologista Marina Silva, del Partido Socialista de Brasil (PSB) en una segunda vuelta.
INVERSIÓN EN PICADA
A pesar de los recientes esfuerzos de la presidenta por recuperar la confianza de las empresas, la inversión en Brasil se desplomó un 5,3 por ciento en el segundo trimestre, comparado con el periodo previo, su peor desempeño desde inicios del 2009.
La construcción civil y las manufacturas sufrieron particularmente durante el segundo trimestre, según los datos.
Brasil organizó el Mundial de fútbol en junio y julio, que provocó una desaceleración en muchas fábricas y minoristas debido a que las ciudades declararon feriados públicos en los días de partidos para prevenir problemas logísticos, como altas congestiones de tránsito vehicular.
Sin embargo, economistas dijeron que los problemas de Brasil van más allá de cualquier evento reciente como el Mundial y responsabilizan a las políticas del Gobierno, que se han enfocado demasiado en estimular la demanda doméstica y han dejado de lado la necesidad de atraer inversión extranjera.
Los expertos dicen que los datos del viernes destacan que el próximo presidente deberá aplicar profundas reformas.
“La recuperación a partir de aquí será lenta”, dijo Eduardo Velho, economista jefe de INVX Global, un fondo de inversión de Sao Paulo. “Necesitamos un programa económico basado en ajustes fiscales y flexibilidad monetaria, y mejoras en la productividad”, aseveró.
¿CONTAGIO REGIONAL?
Los principales afectados con los malos resultados de la economía brasileña serán los miembros del Mercosur.
“Los países del Mercosur que son los más integrados con Brasil deben sufrir un poco más que los demás” la situación económica del gigante suramericano, comentó a Efe el economista Émerson Marçal, profesor de la escuela de negocios Fundación Getulio Vargas (FGV).
No obstante, Marçal, doctor y especialista en macroeconomía, descartó que el país pueda entrar en “crisis”, pero advirtió que Argentina, Paraguay y Uruguay, junto a Venezuela, los otros socios brasileños del Mercosur, pueden sentir los efectos de las medidas internas que Brasil tome para enfrentar la situación.
“Los otros países están más integrados con Asia, como Chile o Colombia, y son los que están en la Alianza del Pacífico (junto a México y Perú). No se verán tan afectados por estos números”, explicó Marçal.
“El mercado brasileño es bien cerrado y si hay un efecto tal vez no sea tan fuerte frente a América Latina como un todo y, repito, si hay una cosa más fuerte será tal vez con los países del Mercosur”, agregó.
Sin embargo, consideró habrá “un crecimiento un poco más bajo, del mismo modo cuando se habla de que la economía brasileña está influenciada por la estadounidense o china, que son socios comerciales importantes, pero no pasará nada más fuerte que eso”.
En el caso particular de Argentina, comentó el economista, el país vecino “está pasando por una crisis mucho más atribuida a errores de la política interna de ellos que por un efecto de lo que pasa en Brasil”.
“Si fuese otra época, claro, una fuerte devaluación de la moneda como ocurrió ya afectaría, sí, con más fuerza a nuestros vecinos, especialmente a Argentina”, subrayó Marçal.
En ese sentido, la economista Lucia Andrade, de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo (PUC-SP), explicó que “el efecto puede reflejarse en medidas aplicadas para las exportaciones, en el comportamiento del cambio, en las tasas de interés adoptadas y en los préstamos que puedan ser concedidos a otros países”.
“Habrá, seguramente, una fuerte presión política frente a cualquier intención de Brasil de participar de proyectos en otros países, todo con el argumento de lo que un negocio en otro lado pueda afectar al crecimiento”, añadió Andrade.
PRONÓSTICOS
Ahora, los analistas del mercado financiero consultados por el Banco Central de Brasil (BC) esperan que la economía brasileña avance tan solo 0,52 % este año, por debajo del 0,70 % de una semana atrás.
Hace un mes los cien analistas del mercado financiero nacional consultados cada semana por el Banco Central preveían un expansión en 2014 del 0,86 %.
Para 2015, la expansión también fue reducida del 1,20 %, hace una semana, al actual 1,10 %. En agosto la proyección se situaba en el 1,50 %.
Para la inflación, los analistas mantuvieron su proyección para 2014 en un 6,27 %, un poco mejor del 6,39 % pronosticado hace un mes, pero todavía próximo al máximo de tolerancia de la meta oficial del Gobierno.
En los cálculos de 2015, la inflación pasó del 6,28 % de la consulta de hace una semana al 6,29 % actual.
La meta para la inflación en el país es del 4,50 % anual, con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales, lo que permite que el índice llegue a un máximo del 6,50 %.
Brasil cerró 2013 con una inflación del 5,91 % y el aumento de los precios a comienzos de este año llegó a poner en duda el cumplimiento de la meta, pero la inflación finalmente comenzó a ceder, principalmente por la subida de los intereses.