El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, ordenó a su administración considerar la imposición de aranceles sobre US$100 mil millones adicionales en importaciones de China, una medida que podría volver a perturbar las acciones estadounidenses y reavivar un conflicto que parecía adormecido.
De concretarse las amenazas de Estados Unidos, los aranceles impuestos estarían enfocados en importaciones chinas valorizadas en US$150.000 millones, entre las cuales se incluirían más de 1.300 productos.
El anuncio de la Casa Blanca se conoció ayer al final de la tarde, a pesar de que, durante la mañana, el principal asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, afirmara que existían posibilidades de que el primer anuncio de alza arancelaria para 1.300 productos chinos no fuera implementado o se aplicase parcialmente.
“Trump quiere resolver esto con la menor cantidad de dolor [...] Dudo que se produzca ninguna acción concreta en varios meses; de hecho, nada concreto ha pasado aún”, sostuvo en Fox News.
Trump había afirmado días atrás que no se encontraba en una guerra comercial, sino en una negociación.
Sin embargo, lo que motivó la nueva medida fue que China presentó ayer ante la Organización Mundial del Comercio una denuncia formal contra EE.UU. por los aranceles que el país ha firmado a las importaciones chinas.
El país alega que los aranceles son incompatibles con el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio.