A propósito del sexagésimo aniversario de IPAE Asociación Empresarial, El Comercio conversó con su presidenta Elena Conterno, quien ocupa el puesto desde marzo pasado, sobre la actualidad de la institución, sus principales retos y también de coyuntura nacional.
¿Cómo recibe IPAE su sexagésimo aniversario?Todos los que somos -y hemos sido- parte de IPAE estamos muy satisfechos de cumplir sesenta años, en un país donde existen debilidades institucionales. Estamos alegres de tener a una institución sólida y de larga trayectoria, que, además, reúne los esfuerzos y compromisos de los empresarios para promover el desarrollo del país.
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¿En qué se apoyaron como institución?En todo este tiempo hubo tres líneas de acciones que hasta la fecha se mantienen. La primera abarca a la educación, la segunda al desarrollo empresarial y la tercera al desarrollo nacional. Nuestra función ha sido promover instituciones, que luego tienen vida propia.
¿Algunos ejemplos?Una de estas fue la escuela de empresarios, que ya se vendió hace años, debido a que surgieron otras iniciativas. Ya con un mercado desarrollado, no se justificaba que, como asociación, nos vinculemos de manera directa. Hace más de 50 años, el contexto lo ameritaba. Ya posteriormente, se siguió trabajando. Las creaciones más recientes son el Consejo Privado de Competitividad (CPC), que presentó el año pasado 77 propuestas y que hoy es parte del comité que ha creado el Consejo Nacional de Competitividad; y Empresarios por la Integridad. En general, IPAE es la fuerza propulsora del empresariado por el desarrollo nacional.
¿A dónde apunta IPAE con la organización de los CADE?A promover el desarrollo nacional, pero con nuestras características: independientes, neutrales, apolíticos y con espíritu de convocatoria. IPAE busca siempre sumar esfuerzos con distintas entidades y personas para lograr un impulso. Para nosotros, el CADE es más que un evento donde se discuten temas y obtienen conclusiones. Son espacios de reflexión que reúnen a diversos actores para que enriquezcan su punto de vista y, posteriormente, tomen mejores decisiones. También apoyamos su puesta en marcha.
En el 2015, presidió el CADE Ejecutivos, ¿qué lectura tiene sobre el evento luego de casi cuatro años?En general, es un evento bastante apreciado por los asistentes. Ese año, el tema fue “El Perú necesita cambios para seguir creciendo”, pero desde una óptica multifocal: económica, social e institucional. El CADE es un producto maduro que concita la atención, por lo que vamos a trabajar más en que las propuestas puedan tener un mayor impulso. Para ello, por ejemplo, tenemos el Consejo Privado de Competitividad.
Por otro lado, vemos una mayor presencia de mujeres en los gremios. ¿Cómo lo percibe?Es un avance. Se está creando consciencia de que existen ciertos sesgos que limitan el desarrollo de las mujeres. Y se tiene que adoptar los cambios para brindar mayores oportunidades. El reto está en tener buenas prácticas y que se implementen. Por ejemplo, en las entrevistas de trabajo se tiene que dejar de preguntar a las mujeres “¿quién se encarga de los hijos?“ También debe re-pensarse la distribución de roles en la casa.
¿Qué opinión tiene sobre la economía del cuidado en el Perú?Las estadísticas dicen que recae principalmente en las mujeres. Esto debe redefinirse. Las mujeres son libres de desarrollarse en distintos espacios. Incluso, creo que los hombres se beneficiarían de tener una mayor participación en los trabajos del hogar.
Sobre el caso Lava Jato, ¿qué lectura tiene sobre el empresariado? Es lamentable y todos debemos condenarlo. Desde IPAE, por ejemplo, hemos lanzado la iniciativa de empresarios por la integridad, que fue suscrita por más de 50 empresarios a título individual. Dentro de las empresas, debe ser una prioridad definir y recordar qué es un conflicto de intereses.
¿Qué posición tiene IPAE sobre la ley de control de fusiones?No tenemos una. En lo que sí tenemos una posición es en la promoción de la competencia a todo nivel. Necesitamos mercados que sean eficientes y empresas competitivas. Eso exige que el escenario, tanto público como privado, cree condiciones que permitan conquistar mercados.
Por último, ¿qué necesita el Perú para alcanzar su crecimiento proyectado?Debemos abordar primordialmente la educación, seguida de la competitividad. Si no profundizamos en la reforma educativa, que prepare a los alumnos no solo en matemática, sino también para ser ciudadanos, no vamos a seguir creciendo. Si queremos hacerlo nos debemos enfocar en educación y competitividad.