A inicios de este año una denuncia hizo temblar al mercado de 'fast food'. Un cliente había encontrado una cucaracha en una pizza de Domino's Pizza. La presión de las redes sociales, llevaron a los dueños de la franquicia a responder esta acusación varios días después y no de la mejor manera. Sin embargo, con lo que no contaban era con los videos que antiguos trabajadores tenían donde se mostraba las condiciones de insalubridad con la que preparaban los productos en esa empresa.
Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Este escándalo llevó a la cadena a cerrar las puertas de todos sus locales. Hay quienes creen que estas no se abrirán más.
Sigue a Portafolio también en Facebook
-
Pero el caso de Domino's no es el único donde se puso en la cuerda floja la reputación de una empresa. Cabe recordar cuando en el 2013 un local de KFC fue sancionado por la Municipalidad de San Miguel por utilizar aceite recalentado. A esto se sumó una denuncia de Aspec ante el Indecopi.
-
La firma, por su parte, se disculpó por los inconvenientes causados y las agresiones a la prensa, pero no reconoció el uso de insumos en mal estado. Al contrario, dijeron que estaban orgullosos de sus estándares.
No todos los escándalos empresariales se deben a denuncias de productos en mal estado. También se han visto casos de racismo, un tema sensible en este país. En el 2011, la cadena UVK estuvo en el ojo de la tormenta cuando el personal de su cine en Larcomar no dejó reingresar a Ricardo Apaza, un joven de la comunidad nativa Qeros que estaba vestido con atuendos típicos.
-
La compañía respondió -vía Twitter- que todo se trataba de un malentendido. Sin embargo días después uno de sus voceros complicó más las cosas al mencionar que la confusión se debió a que “el chico no sabía ni hablar”. La Municipalidad de Miraflores clausuró el cine por siete días.
Una mala comunicación siempre juega en contra de una empresa y más cuando se involucra el bolsillo de los consumidores. En el 2011, D'Onofrio fue multado por Indecopi por publicidad engañosa. Dos años antes, la marca de Nestlé había lanzado la campaña “Gracias Perú” que promocionaba la venta de cualquier helado de su portafolio a un sol durante los días 27 y 28 de marzo.
-
Pero, al llegar a las carretillas, los consumidores se llevarían una gran sorpresa. La empresa solo había puesto a la venta helados seleccionados (que justamente eran los más baratos). Es más, nunca mencionó que la promoción estaba sujeta a un stock. La multa de S/.1,4 millones le dejó más de una lección a la trasnacional.
Hay denuncias que son más serias y son aquellas que involucran daños al medioambiente. En la lista resaltan los casos de Pluspetrol (que recibió una multa de S/.20 millones por desaparecer una laguna en Loreto) o de Yanacocha (por contaminar agua de los alrededores de su mina San José). Pero el ejemplo más conocido fue el de la chilena Lucchetti.
A fines de los noventa, la empresa había construido una planta de fideos en un área reservada de los Pantanos de Villa. Ante este atentado, la Municipalidad de Lima procedió a ordenar la clausura del local iniciando así un juicio con empresa.
Rumores de la época señalan que la chilena estaba siendo apoyada por el gobierno de Alberto Fujimori. La “amistad” habría surgido luego de que Lucchetti donara US$2 millones a la campaña de reelección del ex mandatario. Obviamente, esto siempre fue negado por la compañía.
La controversia llegó hasta el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias relativas a Inversiones, entidad que le daría la razón al Perú en el 2007. Varios años antes de esto, la marca ya se había retirado del mercado para nunca más volver.