Ver a Google, una gigante tecnológica, poniendo nerviosos a los banqueros por lanzar servicios financieros dejó de ser una fantasiosa pesadilla de la banca para convertirse en una realidad contante, sonante, y, faltaba más, con perspectivas de un futuro auspicioso. Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Todo empezó hace más de un año, cuando Google entró a los servicios financieros ofreciendo préstamos a clientes del Reino Unido. Luego, a fines del año pasado, decidió lanzar una tarjeta de débito para su monedero electrónico, Google Wallet, en Estados Unidos, lo que significa que podían pagar con la plata virtual de Google al comprar en tiendas físicas con terminales MasterCard. Lo bravo es que además se incluye el retiro de dinero en cuentas bancarias o a través del cajero, tal como lanzo poco antes Canadá con los Bitcoin.
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No es, por supuesto, el único tecnológico metiéndose en este negocio, pero es de lejos el que más preocupa a los banqueros, por las espaldas financieras que la reina de búsquedas online posee. Les preocupa porque no consideran que le vaya a ir mal, como en tantas otras iniciativas que iniciaron y desistieron en los últimos diez años, sino que es bastante probable que esos usuarios móviles “todo en uno” que viven pegados al celular quieran que el extraterrestre que les da sistema operativo y les soluciona la vida respondiendo todas sus preguntas - San Google le dicen - también les maneje la plata.
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¿Puede Google desentenderse de esta preponderancia que tiene en el 70% del mercado móvil a nivel mundial? ¿Tiene suficiente espalda financiera para darse el lujo de no mirar que más quieren sus usuarios y seguirles el paso? La respuesta, según los analistas internacionales tanto del sector financiero como tecnológico, es un rotundo NO. Google no puede ni debe darse el lujo de perderle el paso a su consumidor, porque existen otros gigantes, como Facebook o algún otro invento que se está gestando ya en las aulas universitarias, que puede quitarle el liderazgo ganado. Por eso es lógico que estén viendo la manera de sacar su tarjeta de crédito, cuando menos, y convertirse en un jugador de peso digno de ser considerado como significativo en el mundo de las finanzas.
Pero sus retos no se limitan al sector financiero, que va. Google también tiene ante su sendero más de un reto que lo llevan a salir de su cómoda ubicación de líder y aventurarse a probar. En este sentido una de las más importantes es la incursión en el mundo de los operadores móviles virtuales de Estados Unidos el mes pasado con su Project Fi (fi.google.com). Esta operadora funciona en los teléfonos Nexus 6 pero puede ampliarse a otros modelos, usa la red del operador T-Mobile y Sprint, tarifará según el consumo de datos con planes de US$20 que incluyen llamadas y mensajes.
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Esto es algo que tampoco ha causado mucha gracia a los líderes del sector telecomunicaciones, quienes miran con ojos pocos amigables a este competidor que no ha invertido en infraestructura pero tiene una marca fuerte capaz de arrastrar a los usuarios a sus servicios. Aquí tampoco puede darse el lujo de no probar, de no intentarlo, porque otros más lo harán pronto y al final la convergencia de negocios será necesaria para seguir siendo atractiva-mente rentables para los inversionistas.
¿Buscador? Sí, siempre y por esencia serán un buscador, pero sus retos de innovación y crecimiento hacia el futuro van más allá de crear nuevos aplicativos para la web o buscar nuevas formas de crear consumo en Internet. Los retos, ineludibles si quiere permanecer en el trono y no desfallecer en un rincón como le ha pasado a otros líderes de la tecnología, son de giros trascendentales que van más allá de su rubro tradicional pero le permiten aprovechar lo ya ganado: banquero, operador móvil... y más. No le queda de otra a largo plazo y sería un tremendo error no intentarlo porque camarón que se duerme...