El Perú es la nueva apuesta para las empresas españolas, en especial las pequeñas y medianas (pymes), según un informe del diario hispano El País que destaca el alto y continuo crecimiento de la economía, pero que señala como problemas la baja productividad de los trabajadores y las excesivas trabas burocráticas.Follow @PortafolioECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Perú vivió una primera oleada de inversión española en los noventa, luego otra entre 2000 y 2008 y ahora se registra una tercera con la llegada de pymes. Luisa García, presidenta de Cámara Española de Comercio en Perú indica que en los últimos seis años se han instalado 278 firmas españolas y suman ya 422 en el territorio.
El 82% de ellas (345) son pymes de diversos sectores, desde la construcción hasta los servicios. Según la Cámara Española de Comercio en Perú, las firmas españolas en el país andino contribuyen con un 9% al PBI y han generado casi 500.000 puestos de trabajo, pero, instalarse en Perú no es cosa de dos días, se advierte.
Uno de los grandes retos al que se enfrentan en Perú es la baja productividad, dice Sebastián Nieto, unidad de América Latina de la OCDE. “La productividad de un trabajador peruano es apenas el 20% de la de un empleado estadounidense… la baja calidad en la educación explica esta brecha.
“Se ha descuidado la facilidad de hacer negocios”, comenta Hugo Perea, economista en jefe del BBVA en Perú. El analista toma como referencia el estudio Doing Business, que publica anualmente el Banco Mundial, y en el cual la economía peruana ha descendido varias posiciones, hasta llegar al sitio 50 de la tabla compuesta por 189 países. La clasificación del organismo internacional indica que abrir un negocio es más rápido en Chile (5,5 días), México (6,3 días) y Colombia (11 días), que en Perú (26 días).
Para Sandro Fuentes, exministro de Trabajo y ahora socio de un despacho experto en fiscalidad, otro de los problemas al que se enfrentan las empresas españolas es que entre ambos países no existe un acuerdo para evitar la doble tributación en relación con los impuestos sobre la renta y el patrimonio. En 2006, detalla Fuentes, los dos países firmaron dicho convenio, pero su aprobación se quedó atascada en el Congreso peruano, sin que se llegara a ponerlo en marcha.