La expectativa de vida en el Perú bordea los 80 años y en definitiva esta irá en aumento. A los 40 años, en teoría, estaríamos a la mitad de nuestras vidas, con las energías suficientes para trabajar e ir construyendo nuestros propios proyectos.
Muchos de nosotros ahorramos para adquirir estos proyectos como el auto, el departamento, la educación de nuestros hijos y más; pero, ¿tenemos un plan de ahorro para financiar nuestra vejez? Muchos de nosotros lo vemos muy lejano y es algo que no suele preocuparnos muy a menudo.
En nuestro país existe una realidad en donde la generación de empleo formal es muy reducida y en nuestra economía prima el empleo informal. Estos dos componentes provocan que los trabajadores no tengan constancia en su ahorro previsional, es decir que no aportan todos los meses del año y que el tiempo efectivo de aporte sea unos muy pocos años.
A pesar de ello, los ahorros realizados en su cuenta individual de capitalización han registrado un incremento importante dada la rentabilidad en el Sistema Privado de Pensiones. Es por esto que cuando llegan a los 50 o 55 años ven que tienen un fondo atractivo y que, dada la etapa de desempleo que podrían estar atravesando, deciden retirar el 95,5% de este ahorro.
El 98% de las personas que acceden al retiro anticipado por desempleo (REJA) optan por retirar el 95,5% de su fondo y es de esperarse que esa conducta se mantenga hacia el futuro. Esto está dando pie a la creación de una generación de ancianos que no tendrá acceso a pensiones y que además ha renunciado a tener una garantía estatal.
Se está dejando a su suerte a miles de futuros ancianos. Además, en el momento que retiran su fondo, están renunciando a la protección del seguro de Invalidez y sobrevivencia, y en adelante están asumiendo el riesgo de longevidad, quedando a su cargo el proveerse de ingresos hasta su fallecimiento.Jubilarse desde los 50 o 55 años, como hoy en día lo permite la legislación, deja bajo la responsabilidad a la persona (con el retiro del 95,5%) el planeamiento financiero que le permitiría tener un ingreso digno por unos 30 o 35 años hacia delante.
Pero si nos jubilamos a la mitad de nuestras vidas, a los 40 años, tendremos que buscar la forma de que ese dinero genere lo suficiente como para que nos alcance otros 40 años más. Desde la Asociación de AFP hemos planteado mejoras para el sistema como tener una pensión mínima, hacer una contribución equiparada y contar con un capital semilla. Pero nada de esto parece interesarle al grupo de parlamentarios que quieren dejar sin pensiones a los peruanos.
Hay una propuesta en el Congreso que permitiría que desde los 40 años se renuncie a la oportunidad de ahorrar para la jubilación; es decir, con la jubilación desde esa edad. Recordemos que esta iniciativa nace desde el lado que representa a la izquierda en el Congreso, quienes saben que la propuesta es para nada técnica -pues la SBS y el MEF se lo dejaron en claro- pero a la vez saben que es sumamente populista y que podrían sumar algunos réditos políticos.
En lugar de hacer propuestas para mejorar las condiciones laborales de los peruanos y fomentar la generación de empleo formal, prefieren tomar el ahorro previsional de los trabajadores para cubrir las necesidades que nacen por la falta de empleo.
Hoy muchas personas no tienen ingresos por la falta de empleo, y la probabilidad de que tampoco lo tengan a partir de los 65 años es bastante grande, es a ello que está contribuyendo el PL 3036.
Una lástima.