La juramentación del presidente Kuczynski, rodeado por su familia, partidarios, colaboradores y amigos, trae nuevos aires al país. No es fácil describir al presidente, pues la virtud parecería en él una constante. Follow @EconomiaECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
No estamos acostumbrados a las buenas formas, la risa fácil, la mesura y, menos, al optimismo. Nuestra Lima gris acompaña el carácter negativo de sus 10 mlls. de habitantes haciendo de esta un lugar de dudas y escepticismos.
Así, ver a un hombre emocionado, jurando con la voz quebrada, nos introdujo en una era distinta. Sus bailes sin mucho compás, la humildad con la que llegó al Congreso en su auto de siempre, al lado –no atrás– de José Luis Bernaola, su chofer, y la caminata de vuelta a Palacio, que interrumpía para saludar a las personas que se congregaban a su lado, nos da una primera idea del presidente.
Kuczynski viene a poner al servicio de su país su experiencia y conocimiento, pero también sus sueños de cómo hacer un país mejor. Compartió en su discurso las líneas matrices por las que transitará los cinco años. ¿Qué quiere? Un país con menos pobres y más moderno. Un país civilizado donde tengamos derechos y responsabilidades. Un Perú libre de corrupción y seguro, con agua potable como derecho básico de las personas y espacios públicos para todos, no solo para algunos. Bienestar, unión, paz y liderazgo regional.
Pero ha reconocido lo difícil que es lograr las metas que se ha trazado. Lo primero que ha hecho es elegir un Gabinete donde muchos cuentan con experiencia pública. Hoy empieza formalmente el nuevo gobierno y se necesitan por lo menos 300 altos funcionarios para que el país funcione.
Los ministros nombrarán a sus viceministros, directores generales y procuradores. Las empresas públicas tendrán nuevos gerentes y directorios, la SBS, la SMV, el BCR cambiarán probablemente a funcionarios. Esto porque en el Perú no hay institucionalidad y cada cinco años se empieza con nuevos funcionarios que deben aprender la labor pública y ponerla en práctica. Este período de aprendizaje le cuesta dinero al país y por eso ha hecho bien el presidente entrante en nombrar a personas que conocen el Estado. Sin embargo, hay un trabajo conjunto que requerirá que el Gabinete se conozca, pues hay mucho por solucionar que el gobierno de Humala dejó sin atender por su gran ineficiencia en la gestión y el gran miedo a tomar decisiones.
Es importante contar con ministros que conocen el Estado: Zavala, Aljovín, Saavedra, Basombrío, Romero-Lozada, Pérez Tello, Vizcarra y Luna tienen experiencia pública. El BCR seguirá liderado por Julio Velarde, en su tercer período. Ello ayuda a crear país.
Ojalá se convoque a jóvenes que hagan carrera en el Estado y que pongan su talento al servicio ciudadano. La carrera pública debe ser consolidada y Servir fortalecido.Para todo esto es fundamental contar con una contraloría con una función de colaboración y no policial. Alarcón debe entender que es vital apoyar la función pública, pues la “policial” solo espanta a los buenos funcionarios y paraliza las decisiones que el país tanto requiere.
El Congreso debe dar las leyes necesarias y el Poder Judicial resolver con justicia y celeridad. Empieza una nueva era para los peruanos. Apoyemos al presidente. Solo no podrá hacerlo.