Ciertamente, la cada vez más frecuente movilidad laboral de personal calificado constituye una de las principales preocupaciones de las áreas de recursos humanos.
Son múltiples las razones de esta tendencia, pero en esta ocasión nos referiremos a una en específico: la falta de liderazgo actualizado. Si somos conscientes de que un centro de trabajo no es solo una fuente de ingresos para los colaboradores, sabremos también que este debe ser un espacio de aprendizaje y crecimiento personal.
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En ese sentido, un jefe, director o CEO (en general, un líder) que transmite conocimiento fresco, de la mano con un sólido background académico y laboral, es un líder que retiene (voluntariamente, sin ataduras) a los miembros de su equipo.
Vivimos en una época de acelerado progreso tecnológico donde el conocimiento varía con la misma vehemencia. Dado este contexto, los líderes empresariales y corporativos deben estar preparados para seguir tal vigoroso ritmo y así alejarse permanentemente de la tentación de estacionarse en su zona de confort.
En ese sentido, la adopción constante de nuevos conocimientos y –principalmente– herramientas digitales resulta fundamental. Pero la realidad en el mercado peruano no necesariamente va en ese camino.
¿Por qué decimos que la adopción constante de herramientas digitales resulta fundamental? Los puestos de liderazgo los vienen ocupando, en mayor proporción, los ejecutivos provenientes de la llamada generación X (nacidos entre 1965 y 1981).
Según la Global Leadership Forecast 2018, publicada por EY, DDI y The Conference Board, del total de 25.000 líderes empresariales encuestados en 54 países y pertenecientes a 26 distintas industrias, el 51% pertenece a la generación X.
El dato crucial es que la encuesta reveló que los líderes de dicha generación tienen casi la misma capacidad de aprovechar la tecnología en su lugar de trabajo que los ‘millennials’. De hecho, alrededor del 54% y del 56% –respectivamente– revelaron que tienen un uso fluido de las herramientas digitales.
Esto representa un riesgo para el 46% restante de generación X (si miramos a la generación previa, el porcentaje es aun mayor) que ha quedado relegado, ya sea por inercia, comodidad o por condiciones de mercado que no incentivan la innovación.
Al respecto, si un líder empresarial no se convierte permanentemente en un ‘early adopter’ tecnológico, dará pie a ensanchar una brecha de conocimiento con respecto a los miembros de su organización (principalmente integrada por nativos digitales) y, consecuentemente, a hacerle perder legitimidad a su liderazgo. En resumen, propiciará la movilidad laboral.
¿Qué debe tener un líder para evitar el ensanchamiento de esta brecha? ¡Curiosidad! Como señala Peter Handal en la revista “Entrepreneur”: “Los buenos líderes se mantienen intelectualmente curiosos y comprometidos con el aprendizaje. Entienden que la innovación y los nuevos enfoques pueden provenir de muchos lugares y siempre están en busca de conocimiento o personas que puedan informarles y darles ventaja”. A seguir este ejemplo.