Durante los últimos 25 años, el Perú avanzó de manera importante en materia económica y social. La solidez macroeconómica, el proceso de apertura comercial y el enfoque en la promoción de inversiones se convirtieron en políticas de Estado que han perdurado por casi tres décadas. Este crecimiento sostenido, basado en la inversión, ha generado empleo y ha permitido reducciones sustantivas en los niveles de pobreza de los peruanos.
 Sin embargo, hoy las proyecciones de crecimiento del PBI potencial del Perú se han reducido de 6% a 4%. Asimismo, según los últimos datos del Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), observamos que en el 2018 el Perú retrocedió tres posiciones, terminando en el puesto 63 del ránking –de un total de 140 países– y sextos en América Latina.
Aunque el Perú sobresale en el indicador de estabilidad macroeconómica (número 1 en el ránking), presentamos grandes brechas en los componentes de adopción de TICs (94), dinamismo empresarial (92), instituciones (90), capacidad de innovación (89), infraestructura (85), habilidades (83), y mercado laboral (72). La ausencia de reformas dirigidas a incrementar la productividad es la principal razón del menor crecimiento y mal desempeño en los índices de competitividad. Esto, sumado a un entorno internacional poco favorable, hace urgente remover las barreras que limitan nuestra competitividad para retomar mayores tasas de crecimiento que permitan desarrollarnos de forma sostenible.
Para contribuir con este reto, desde IPAE se decidió evaluar iniciativas empresariales a nivel mundial que tuvieran como objetivo mejorar la competitividad. En especial, se analizaron las iniciativas de los países miembros de la Alianza del Pacífico. Por ejemplo, en Chile, desde el 2015, enfocaron sus recursos en la creación de la Comisión Nacional de Productividad. En México, desde el 2003, el sector privado promueve el Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO). Finalmente, en Colombia, se creó en el 2006 el Consejo Privado de Competitividad de Colombia (CPC), dentro de una mirada más amplia de crear un Sistema Nacional de Competitividad.
 Estas tres instituciones fueron la fuente para que IPAE promoviera en marzo de este año el Consejo Privado de Competitividad (CPC) en el Perú. Este centro de pensamiento nace como iniciativa del sector privado para contribuir al desarrollo del país, a través de propuestas de política articuladas entre el sector público y privado que promuevan la mejora de la competitividad. Busca, desde el sector privado, proponer una agenda que nos regrese a la senda de crecimiento a través de mejoras sustantivas en la productividad.
En CADE 2018, el CPC presentará el primer Informe de Competitividad 2019, que busca mostrar la situación de competitividad del Perú, los retos que tenemos delante y, en especial, un conjunto de propuestas que nos permitan avanzar en esa mayor competitividad imprescindible para mejorar nuestras tasas de crecimiento en beneficio de todos los peruanos.
Este primer informe de ocho capítulos (un capítulo introductorio y siete capítulos de propuestas) representa un esfuerzo de análisis e investigación a lo largo de nueve meses de trabajo que se retroalimentó de los comentarios de cerca de un centenar de profesionales del sector privado, público y la academia y que tiene como resultado final 77 propuestas que, de implementarse, contribuirían a que el país progrese en el reto de mejorar su competitividad.
Este primer esfuerzo a través del informe de competitividad 2019 (que estará disponible desde este viernes 30 en www.compite.pe) sirve como herramienta para consensuar una agenda común pro competitividad entre el sector empresarial, el Gobierno (en sus tres niveles), el Congreso y la academia.
*El autor es presidente del Consejo Privado de Competitividad.