Actualmente hay un inusual contraste entre lo que nos dice el crecimiento del PBI y lo que se siente en el entorno económico.
El crecimiento ha mejorado durante el tercer trimestre del año, pero cerca de la mitad de las familias y de las mypes percibe un deterioro en su situación económica.
►Infraestructura compartida: un reto, por José Luis Bonifaz
►Invirtiendo en un mundo de menor crecimiento, por José Larrabure
Y es que la insuficiente creación de empleo formal ha golpeado el presupuesto de las familias, sobre todo las de menores ingresos, que mayoritariamente tienen que aceptar empleos informales.
Estas familias, a su vez, han dejado de mover las ventas de las mypes, que son unas de las principales fuentes de empleo para trabajadores poco calificados. Así se cierra el círculo que está afectando a buena parte de la población.
La realidad incómoda es que, a pesar de que el PBI no ha dejado de crecer, los ingresos promedio de los trabajadores sí se han estancado en términos reales desde el 2017, según la encuesta de hogares del INEI.
Sumado a eso, en octubre de este año, el 48% de familias en Lima Metropolitana percibió que ahora es más difícil encontrar un trabajo de lo que era un año atrás. Este es el porcentaje más alto en una década, de acuerdo con una encuesta que Ipsos elabora para Apoyo Consultoría.
Del mismo modo, en setiembre último, el 47% de las más de 750 mypes encuestadas por Mibanco a nivel nacional reportaron una caída en sus ventas en la campaña de Fiestas Patrias, comparadas con las del año pasado.
Este porcentaje de deterioro es el más alto desde que se realiza la encuesta tanto en Lima (2010) como a nivel nacional (2015).
Lo cierto es que el ritmo de crecimiento económico actual es mediocre e insuficiente para mejorar el nivel de vida de la población de menores ingresos o para facilitar el desarrollo de las empresas pequeñas. Y, lamentablemente, lo más probable es que tanto la inversión privada como el empleo formal se debiliten aún más en los próximos trimestres.
Esto debido a que la inversión minera, que ahora crece fuertemente, a partir del próximo año empezará a caer por falta de nuevos proyectos, pero también porque la incertidumbre política empezará a impactar las decisiones empresariales.
De hecho, la confianza empresarial (para invertir y contratar), que ya se había deteriorado desde julio de este año, se vería aún más afectada por la crisis política gatillada a fines de setiembre.
El 64% de empresas grandes espera que sus ingresos sean afectados en el corto plazo y 53% señala que revisará a la baja sus planes de inversión y contratación para los próximos seis meses, según un sondeo a las empresas clientes del Servicio de Asesoría Empresarial de Apoyo Consultoría.
Así, es difícil anticipar que una mejora en el entorno económico cambie la sensación de deterioro económico en las familias y en las mypes.
Esto no se va a resolver solo. Esto requiere de acciones decididas por parte del gobierno para promover la inversión privada y la creación de empleo formal.