El Banco Central de Reserva del Perú (BCR) bajaría una vez más su tasa de interés de referencia durante el primer semestre de 2020, según prevé el último reporte semanal del Departamento de Estudios Económicos del Scotiabank.
El documento indica que esta reducción ocurrirá “una vez que las expectativas de inflación se ajusten de acuerdo a lo esperado, aunque no tenemos mucha convicción de ello”.
Por otro lado, la inflación de noviembre estaría próxima a +0,05% por razones estacionales, proyecta el Scotiabank.
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La trayectoria anual de la inflación se mantendría en un rango entre 1,8% y 1,9% en noviembre, para converger hacia 2% en diciembre.
“El impacto de la política monetaria expansiva se ha reflejado en un descenso de alrededor de 50 puntos básicos en las tasas de interés en las tasas corporativas, activas y pasivas, de corto plazo, en lo que va del año; de cerca de 130 pbs en las tasas de consumo; y de poco más de 60pbs en las tasas para créditos hipotecarios”, explica.
Este comportamiento también se ha observado en las tasas de interés en soles de largo plazo (10 y 30 años), medidas por el rendimiento del bono soberano.
“Esto también es reflejo del apetito de inversionistas extranjeros por activos peruanos, atraídos por las fortalezas macroeconómicas, aunque en una magnitud menor a la registrada durante el primer semestre”, añade el reporte.
RESULTADOS
El BCR adelantó a noviembre el recorte de tasa de interés de referencia, preocupado por el bajo ritmo de crecimiento económico.
Si bien el BCR señaló que su decisión no implica necesariamente reducciones adicionales de tasa de interés, “vemos un sesgo a un nuevo recorte más adelante, aunque no tenemos la convicción de que ello suceda”, apunta el Scotiabank.
Las señales del BCR que se desprenden de su decisión son: i) están preocupados por el bajo ritmo de crecimiento económico, ii) ven sesgo hacia la baja en la inflación proyectada de 2%.
La inflación esperada a 12 meses se mantuvo relativamente estable en 2,2% en noviembre, llevando a la tasa de interés real prácticamente a cero (0,02%).
Por tanto, sería necesario un descenso de la inflación esperada para que un nuevo recorte de la tasa de interés se materialice, pues creemos que el BCR no se sentiría cómodo con una tasa real negativa.
Si bien la trayectoria anual de la inflación se mantuvo estable en octubre (1,9%), la inflación mensual (0,11%) pudo haber sido negativa (-0,06%), de no ser por las alzas de servicios públicos, como electricidad, agua y transporte. Cabe destacar que durante los meses de octubre y noviembre el ritmo de inflación es estacionalmente bajo y cercano a cero.
La mayoría de indicadores estadísticos tendenciales ubican a la inflación por debajo de 2%. Esto sustenta el sesgo bajista que el mismo BCR ve para su proyección de inflación de 2%, debido a la posibilidad de un crecimiento de la demanda interna menor al esperado. Como la formación de expectativas es usualmente adaptativa, existe margen para que la inflación esperada pueda caer aún más.
El problema es determinar el momento propicio para esa decisión. “Consideramos probable que el BCR espere a que las señales de un crecimiento menor al esperado se consoliden para evaluar un próximo recorte de la tasa hacia 2%”, añade el reporte.
Las políticas monetaria y fiscal expansivas deberían ir reduciendo la brecha producto progresivamente. No obstante, el riesgo aquí es que la inversión pública tarde más tiempo en reactivarse o lo haga a un ritmo más lento.