Únicamente 5 de 26 proyectos mineros que hace siete años se encontraban en etapa de exploración y contaban con estudios ambientales están operativos. La gran mayoría de ellos ha sido retrasado y corre el riesgo de no prosperar, a pesar de que pueden generar inversión por US$42.900 millones.
La oposición de la comunidad y de los grupos de interés ha sido el principal detonante para la paralización de los proyectos, pero no el único. Otros factores también han sido claves.
Según el último Reporte de Estabilidad Financiera del Banco Central de Reserva (BCR), la autoridad monetaria realizó una encuesta a las empresas mineras, proveedores y consultores especializados en el sector, y recogió que los conflictos sociales solo representan el 21% de las causas de los retrasos de los proyectos mineros.
Otros problemas como la viabilidad técnica de los proyectos con una participación del 20%, las dificultades de financiamiento (19%) y los trámites (18%) confabularon también para los retrasos. En tanto que obstáculos como precios del metal por debajo de lo esperado, costos por encima de los previstos y asuntos ambientales han tenido una participación menor.
RIESGOS POTENCIALESAdemás de los problemas que afectan el desarrollo de los proyectos mineros, el sector ha identificado riesgos y trabas que podrían hacer que los proyectos tomen más tiempo en desarrollarse.
El 73% de los entrevistados afirmó que ha aumentado el riesgo asociado al entorno político y el 71% sostuvo que han aumentado los riesgos sobre los proyectos por la guerra comercial entre Estados Unidos y sus socios.
Por su parte, el 49% comentó que el riesgo por exceso de trámites y permisos también aumentó, pero una proporción similar cree que se ha mantenido.
Según la autoridad monetaria, el sondeo revela que la percepción general es que el avance de los proyectos mineros y el amortiguamiento de los riesgos que enfrenta el sector requieren de mayores esfuerzos de coordinación entre los diferentes niveles de gobierno (nacional, regional y local), el sector privado y las diferentes entidades gubernamentales vinculadas.
El banco cita como ejemplo de aspectos positivos la creación de la Dirección General de Promoción y Sostenibilidad Minera en el Ministerio de Energía y Minas y los avances de la Mesa Ejecutiva del Sector Minero Energético para el Desarrollo Productivo del País.
Esta última constituye un espacio en el cual las entidades del sector público y los representantes de los gremios vinculados a la minería identifican barreras y obstáculos, oportunidades de mejora, y propuestas de solución