En el 2014, cuando Azteca inició con las obras del tendido de la Red Dorsal, las expectativas eran enormes. En el 2015, cuando se empezó a licitar las redes regionales, el entusiasmo era aún mayor, porque se estimaba que por fin se iba a poder iluminar con Internet todos los rincones del país. Hoy, cinco años después, seguimos en penumbra, las metas no se han concretado y la brecha no termina de acortarse.
Los avances más sustanciales en el sector se han dado en conexiones móviles. Con la llegada de dos competidores nuevos - Entel y Bitel - se creó una guerra de precios que permitió abaratar el acceso a Internet móvil. Hoy se estima que un 75% de los usuarios con un celular utilizan Internet. Y son más de 32 millones de líneas móviles activas.
De acuerdo a cifras proporcionadas por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), se cuenta con 22,54 millones de conexiones a Internet móvil y 2,6 millones de conexiones fijas, lo que equivale a decir que ocho de cada cien peruanos tiene Internet fijo en su casa.
La perspectiva para el 2018 era distinta. En 2015 los diferentes analistas esperaban que para ahora ya se tuviera la mitad de los pueblos conectados a Internet, se duplicara la penetración de PC y se generaran posibilidades de negocios valoradas en al menos siete veces los US$2 mil millones invertidos (es decir US$14 mil millones).
UNA RED SUBUTILIZADALa Red Dorsal, según los estudios realizados por consultores internacionales, está subutilizada: solo se emplea el 10%. El tráfico no ha sido el esperado porque en más del 60% de las zonas en donde pasa se encuentra con redes privadas tendidas por los operadores móviles en estos últimos tres años. Y como Azteca no ofrece tarifas competitivas y tiene problemas en la calidad del servicio, está perdiendo sus más importantes clientes: Entel y ON (Optical Network).
Los US$ 330 millones implicados en el tendido de la Red Dorsal y el mantenimiento anual de unos US$14 millones no están siendo recuperados en la medida prevista. El año pasado trascendió que Azteca quería retirarse del país y desde entonces se viene estudiando y debatiendo soluciones. Virginia Nakagawa, viceministra de comunicaciones señaló que para julio ya se espera tener una solución.
Parte del problema es que sus tarifas son muy altas, sí, pero también tiene menos tráfico del sector público. Se esperaba que una parte importante del tráfico - al menos el 6% - vendría de las redes regionales, las cuales han sufrido serios atrasos en sus entregas: en lugar de estar listas en 16 meses se están tomando más de cuatro años.
Recién en marzo se inició la entrega escalonada de la red de Lambayeque, a cargo de Telefónica, y en este trimestre MTC ofrece que se culminarán las de Apurimac, Ayacucho y Huancavelica. En agosto estaría la del Cuzco. Y el resto de proyectos, incluyendo las últimas redes licitadas, se culminarían en el 2021 si no hay más retrasos.
PROBLEMAS MAYORESLas redes regionales de fibra óptica se han ido licitando por etapas. Un primer grupo, compuesto por las regiones Lambayeque, Apurímac, Ayacucho y Huancavelica, es el que más retrasos y adendas a los contratos ha presentado, pero ya está entrando a la fase final.
Debieron estar listos a inicios del 2016, pero informaron que recién el año pasado empezaron las pruebas de trasmisión. Valga aclarar que dichos operadores podrán también brindar servicios a empresas privadas cercanas pero siempre que no utilicen los recursos estatales. Existe la obligación legal de culminar la entrega de las redes a los beneficiarios del Estado para poder pensar en planes privados.
El segundo grupo comprende a las regiones de Cusco, Cajamarca, Piura y Tumbes. Es el que más problemas está presentando. En el caso de Cusco se estima que empezarán en el tercer trimestre sus pruebas de servicio, pero no será así en el caso de Cajamarca, Piura y Tumbes, a cargo de la empresa Redes Andinas.
MTC informó que ante los continuos problemas y retrasos se ha resuelto los contratos con Redes Andinas y ahora se buscará un nuevo contratista que continúe la obra. Esto será a través de las nuevas funciones que tiene Pronatel y que le permiten hacerse cargo temporalmente de la red.
En el tercer grupo (Amazonas, Ica, Lima, Junín, Puno, Moquegua y Tacna) también hubo problemas serios, pero fueron antes de que se iniciara la firma del contrato. El ganador de la buena pro para Amazonas e Ica no pudo cumplir con la entrega de los documentos y Proinversión otorgó la buena pro al segundo postor, Gilat, quien ya tiene a su cargo otras redes.
El problema es que GMC inició un juicio de amparo a Proinversión y recibió una medida cautelar a su favor que ordena dejar todo como antes de la firma de contrato con Gilat. Proinversión consideró la medida improcedente y no ha acatado la medida cautelar y los proyectos siguen avanzándose en paralelo al juicio.
Para completar la figura poco favorable está el cuarto grupo de redes para Ancash, San Martin, Arequipa, Huánuco, Pasco y La Libertad. Este paquete fue concursado en diciembre del 2018 y se suponía que la firma del contrato sería la semana pasada, pero no fue así. Proinversión informó que se ha pospuesto la cita y no ha fijado una nueva fecha de firma. Trascendió que sería para julio.
En ese grupo está incluida la firma china Yocf, que ganó cuatro concursos en esta oportunidad, pero también era socio de GMC en el concurso anterior (Amazonas e Ica). Ellos informaron que en esta oportunidad pidieron más plazo porque se ha cambiado el nombre del organismo que firma el contrato - Fitel ahora es Pronatel - y se requiere cambiar las cartas fianzas en los bancos chinos.
Todos estos retrasos han impedido que el sueño del 2012 sea hoy realidad. Estos 21 proyectos regionales de tendido de fibra óptica, valorados en unos US$1.800 millones, eran los que iban a permitir iluminar con Internet la mayoría de distritos del país. El panorama de conectividad hoy es bueno en términos de telefonía móvil, pero en acceso fijo a Internet la brecha persiste y tomará un par de años más, como mínimo, revertirla en forma eficiente.