Azucena León / Julio Escalante
Con seis meses cumplidos en el cargo, el ministro Piero Ghezzi se prepara para encaminar el Plan Nacional de Diversificación Productiva y mostrar sus primeros resultados.
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¿Qué tanto ha cambiado la versión final del plan con relación a la preliminar que se publicó para recibir propuestas y observaciones?
Conceptualmente el plan no ha cambiado mucho. Hemos resaltado la necesidad de cerrar la brecha en infraestructura, y también el ‘match’ que debe haber entre la oferta laboral y la educación técnica. Y hemos aclarado que el plan tendrá una coordinación multisectorial. Vamos a publicar un documento donde señalaremos por qué hemos aceptado algunas sugerencias y desestimado otras.
Muchas de la críticas al plan apuntaban a cómo un Estado tan lento e ineficiente podía ser capaz de implementarlo.
Hubo artículos y críticas que no fueron muy equilibradas. La crítica más saltante era que el Estado no debería estar adivinando y escogiendo al azar sectores productivos sobre otros. Es una discusión muy técnica, porque el Estado siempre interviene: pone semáforos, construye escuelas, hace carreteras. El plan abarca temas intersectoriales, no es un plan del Ministerio de la Producción. Nosotros le dimos forma a la intención que tenía el presidente.
Las coordinaciones entre ministerios suelen ser excesivamente burocráticas. ¿Hay la voluntad política para que eso cambie?¿Por qué se hacen especificaciones para el Mincetur en el tema del PENX (Plan Estratégico Nacional Exportador) cuando eso ya es parte de su labor?
El plan de diversificación ha sido refrendado por una serie de ministerios, entre ellos el Mincetur. Lo que hemos incluido es lo que el Mincetur nos ha pedido. Hemos tenido reuniones con los ministerios, incorporando sus comentarios y actualizando el documento. Muchos de los problemas que tiene el Perú no son sectoriales sino transversales. El plan no se está imponiendo. Una de las grandes ventajas en este Gabinete es que hay muy buena dinámica. Cada dos semanas tenemos un almuerzo con 5 o 6 ministros, conversando de manera informal, sobre temas que debemos coordinar.
¿El plan no resulta muy ambicioso?
Hemos diseñado un plan que tal vez no es tan ambicioso, más bien contempla las dificultades burocráticas actuales. Yo espero que en algunos años, a medida que los ministerios se fortalezcan, tengamos un plan más ambicioso. El plan refleja nuestra realidad actual. No esperamos que este plan cambie completamente la economía peruana. Va a realizar ajustes, y vamos a ir mejorando cosas con el tiempo.
¿En los dos años que quedan de gobierno, en qué medida se va a implementar el plan?¿Cómo asegurar que los próximos gobiernos le den sostenibilidad?
Idealmente el plan se hubiera hecho antes. Hemos demorado en hacer las cosas pero ya las estamos haciendo. El plan tiene tres ejes y creemos que se pueden resolver muchos temas en el corto plazo, de tal manera que se genere la institucionalidad que permita la continuidad del plan. Adicionalmente es importante tener el compromiso del sector privado porque eso dará la continuidad. Los gobiernos y políticos pasan, pero el sector privado continúa.
¿Resolver los temas del eje 2 del plan (sobrecostos y excesiva regulación para las empresas) allanan el camino para apuntar a los temas de fondo en los otros ejes?
Si mejoras la regulación y reduces los tiempos de trámites, de alguna manera queda más clara cuáles sí son ventajas comparativas, qué problemas se deben a trámites y cuáles a temas más fundamentales. En el Ministerio de la Producción vamos a reducir al 50% el tiempo de los trámites, por ejemplo para los estudios de impacto ambiental. Dijimos que se harían modificaciones a la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo y ya se hicieron. Con esto el gobierno está aceptando que puede dar marcha atrás cuando el objetivo no se ha cumplido. El eje 2 es transversal y tiene menos que ver con la diversificación productiva, pero se puede resolver en menor tiempo.
¿Qué otras mejoras veremos en el corto plazo?
Vamos a crear 10 CITE públicos y repotenciar 10 CITE privados en los siguientes dos años. Tenemos 100 millones de soles para estos centros que son espacios potentes para transferencia tecnológica. El primer nuevo CITE (centro de innovación tecnológica) estará en Madre de Dios porque se aprovechará la mano de obra que deje la minería ilegal, tenemos que ser capaces de trabajar multisectorialmente para que esta región ofrezca trabajo de calidad. Además, estamos trabajando en la reducción de los costos financieros de las mypes proveedoras con el diseño de un esquema de factoring que funcione bien. En setiembre ya tendremos lista la propuesta.
¿Por qué cree que ningún gobierno ha tenido éxito en combatir la informalidad?
Yo creo que nunca ha habido un objetivo real de reducir la informalidad. Es un problema muy complejo. El diagnóstico que me parece más razonable es que la informalidad se combate aumentando la productividad. Aunque se toca en el plan, este no es un plan sobre la informalidad. Una empresa es informal porque no es suficientemente productiva para pagar con eso los costos de la formalidad.
Los gobiernos han apuntado a disminuir los costos de la formalización con diversas recetas. ¿Qué ha faltado?
Lo que ha faltado en el país en general es ir más allá de una prueba piloto. Nos ha faltado ambición, decisión política y liderazgo. Por lo vivido en los 70 y en el primer gobierno de Alan García, nos quedó un trauma de los costos que hay por la intervención del Estado. Somos muy conservadores. Por ejemplo, el plan de transformación productiva de Colombia, que ahora muchos ven como la estrella de la región, se hizo en el 2008 y nadie se rasgó las vestiduras. Hoy, los mismos que alaban eso critican que estemos haciendo un giro de 180 grados en la economía cuando en realidad el giro es solo de 15 grados. En este plan hay un diagnóstico completo, no es ideológico sino económico. Es un análisis desapasionado.
¿En la proyección del plan, esos nuevos motores cuándo aparecerán?
Yo creo que en la primera mitad del próximo año. Es necesario que el sector privado muestre interés en participar luego de ver lo que dirán los estudios. Nuestro criterio de priorización apunta a contratar una consultora internacional que nos haga un estudio de demanda mundial y de potencialidades de crecimiento de la economía peruana. A fin de año tendremos ese análisis preliminar. En Chile fue muy exitoso porque identificaron la industria del outsourcing y ahora Chile exporta más de 2.000 millones dólares en ese servicio.
¿No hay estudios de esa naturaleza en el Perú? ¿No hay un sobrediagnóstico?
El Perú no está sobrediagnosticado, lo que ha habido son muchos malos diagnósticos. Hay gente ejecutiva y pragmática que cree que solo hay que avanzar, pero si no sabes adónde vas, la decisión tomada será irrelevante.
¿Cómo comunicar que diversas acciones y medidas del Ejecutivo son parte del plan y que se está cumpliendo con diversas etapas?
Vamos a hacer un esfuerzo comunicacional importante para que se entienda. En la medida que en la práctica se vayan haciendo las cosas, va ser más evidente que esto es una sofisticación de la política y de la importancia del plan. Lo que pasa es que en el Perú estamos llenos de miedos. Como país, el mayor riesgo no es hacer estos ajustes sino no hacer nada y estancarnos.