Uno de los grandes retos pendientes de la economía peruana es apuntalar sus niveles de competitividad, que en los últimos años han mostrado una persistente tendencia a la baja. El retroceso se evidencia en el último Ránking de Competitividad Mundial, elaborado por el Institute for Management Development (IMD) junto a Centrum Católica como socio local.
Percy Marquina, director general de Centrum Católica, reveló que el Perú escaló un puesto en la lectura del 2018, pasando desde la casilla 55 a la 54 entre 63 países analizados.
Si bien eso es una mejora en la medida relativa, los puntajes absolutos reflejan un deterioro: en el 2017, el Perú sumó 60,98 puntos en la métrica global de competitividad, ‘score’ que este año retrocedió a 60,24 puntos.
La subida de un puesto es “engañosa”, sostiene Rubén Guevara, profesor de Centrum Católica, pues observa que algunos pilares utilizados en la medición exhiben “un retraso tremendo”.
Con este resultado, el país acumuló su cuarto año consecutivo entre los 10 peores países en temas de competitividad en este ránking, un club que integran varios países de la región como Argentina (puesto 56), Colombia (58), Brasil (60) y Venezuela (63).
Más aun, el último informe evidencia que ya son 10 años de constante deterioro en los indicadores de competitividad. En el 2008, el país alcanzó su mejor puesto en el ránking (35 de 63), y desde entonces mantiene la tendencia a la baja.
TRES RETOS CLAVESPara elaborar los indicadores, el IMD y Centrum consideran cuatro pilares claves: desempeño económico, eficiencia del gobierno, eficiencia en los negocios e infraestructura.
Cada uno de ellos se subdivide en cinco indicadores, lo que da un total de 20 variables. Desde el 2008, el Perú ha retrocedido en 19 de estas variables [ver infografía abajo].
Entre los cuatro pilares, el retraso en desempeño económico y eficiencia del gobierno son los más notorios. En el primero, el país ha caído del puesto 50 al 55, lo que se explica fundamentalmente por la debilidad del crecimiento económico. Pese a que todos los países de la región han retrocedido en este aspecto, hoy el Perú solo supera a Argentina y Venezuela.
En cuanto a la eficiencia del gobierno también se exhibe una caída de cuatro posiciones: de la 43 a la 47. El deterioro en las finanzas públicas y la falta de promoción de oportunidades para todos incidieron en esto.
Mientras tanto, el pilar en el que el Perú está peor posicionado es el de infraestructura: se mantuvo en el puesto 61 de 63. Ello no es una novedad, pues incluso en el mejor año para la competitividad del país estábamos a la zaga en este rubro.
Finalmente, es importante resaltar que el ránking de este año revela una mejora en la eficiencia de negocios: se pasó del puesto 55 al 51. No obstante, la mejora relativa esconde que el Perú se ubica en el puesto 60 en productividad y eficiencia, considerados los determinantes más importantes del crecimiento en el largo plazo.
AGENDA PENDIENTELa competitividad es un tema crucial para el desarrollo de los países, y los últimos 10 años el país ha perdido terreno constantemente en ese ámbito.
Entonces, ¿qué impulsar para revertir la trayectoria? El economista Carlos Ganoza, cofundador de Quantum Talent, considera que hay seis puntos claves a ser trabajados. La infraestructura de transporte terrestre, aéreo y marítimo es un primer eje.
“El impulso al capital humano es fundamental. También ajustar la regulación del mercado laboral para que funcione mejor”, afirma.
Estos tres aspectos –agrega– se complementan con facilitar el acceso al mercado de capitales, levantar trabas para hacer negocios y avanzar en diversificación productiva e innovación tecnológica.
En tanto, Guevara coincide y subraya que mejorar el clima de negocios “tiene una magia que contagia”, pero para ello se requiere mucho liderazgo desde los distintos niveles de gobierno.
“Potenciar el factor humano es el secreto en el largo plazo. Con eso, otro cuento nos esperaría en el futuro, pero los avances han sido escasos. Se necesita voluntad política para hacer cambios más rápidos y profundos”, concluye.