De acuerdo a un estudio sobre la comparación de precios de medicamentos en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, nuestro país no se encuentra entre aquellos con los precios más altos de la región.
El ejercicio comparativo se realizó tanto para el total de medicamentos, como también a nivel desagregado por la categorías comúnmente empleadas en la industria: productos innovadores, genéricos de marca o similares y genéricos puros.
Cabe resaltar que el periodo de observación se desarrolló entre octubre del 2010 y noviembre del 2015 para un total de 19.741 unidades vendidas en los seis países examinados en base a datos proporcionados por el IMS Health. Asimismo, el estudio no toma en cuenta el ingreso per cápita de cada país.
Teniendo esos factores en cuenta, el estudio concluye que -a salida de laboratorio- lo más país se pueden organizar del más barato alo más caro de la siguiente manera: Argentina, Perú, México, Chile, Colombia y Brasil.
A salida de farmacia, del más barato alo más caro: Perú, México, Argentina, Chile, Colombia y Brasil.
“Los resultados consideran una muestra de 80% de medicamentos de de cada país. Ahora, si bien a nivel latinoamericano pueden ser precios accesibles, puede que a nivel país no lo sean”, afirma Aldo González, uno de los autores del estudio y director magister en Políticas Publicas de la Universidad de Chile.
ESTUDIO REALIZADO EN OTRO CONTEXTO
Cabe resaltar que este estudio se realizó antes de la compra de Química Suiza, Mifarma, BTL y Fasa por parte de Quicorp, por tanto representa la situación competitiva del 2015. “En eso pienso que hay un riesgo, porque ahora hay un segmento del mercado que se concentra bastante. En todo caso, habría que ver si en dos años más los precios varían considerablemente”, comenta González.
“Según nuestro estudio, los países con regulación de precios (Colombia y Brasil), son los más caros. Esto, en todo caso, puede ser una coincidencia”, detalla el académico.
REGULACIÓN DE PRECIOS
Ante la interrogante sobre si Perú debería contar con un ente estatal regulador de precios del mercado farmacéutico, como actualmente se discute en el Congreso de la República, González afirmó que se trata de un mercado muy dinámico donde entran miles de productos diferentes muy seguido, por lo que el Estado tendría muchas dificultades en encontrar la información actualizada necesaria para trabajar correctamente.
“Aparece como una política que soluciona problemas, pero habría que ver si conduce a precios más altos o no”, afirmó González.
Por otro lado, según el presidente de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos Latinoamericanos (Alafal), Carlos Leigh, una entidad reguladora de precios estatal supondría un gran costo administrativo y económico para el Estado.
“El Estado no tiene ni siquiera para hacer pesquisas correspondientes en el sector y ya quiere diseñar una barrera de mercado para crear un sistema que no es eficiente”, sostiene Leigh.
De acuerdo al líder de Alafal, actualmente ya se tiene en el Perú precios máximos de venta de medicamentos básicos o esenciales, ya que en las compras corporativas del Estado con el Sistema de Subasta Inversa en cada licitación anual, nadie puede vender al Estado un medicamento genérico a un precio mayor que el precio más bajo al que se otorgó la buena Pro en la última Subasta Inversa.
“Consideramos que el proyecto de ley persigue un objetivo loable, sin embargo, existen otros mecanismos más eficientes que no desalientan la inversión privada y el ingreso de productos innovadores, nuevos y mejores precios, como, por ejemplo, las compras corporativas, que ya se están aplicando pero de forma no eficiente”, argumenta.
Según concluye Leigh, el Estado debe reacondicionar y rearmar los centros de salud estatales. De todo el presupuesto del Ministerio de Salud, solo se destina el 6% para la compra de medicamentos, explica.
“Debe, además, arreglar el Observatorio Peruano de Productos Farmacéuticos, mejorar la infraestructura de los hospitales y, como idea personal, dejar que la gente utilice las recetas del médico del barrio para acudir a los centros de salud. Esto ahorraría fomentaría que vayan a los centros de salud estatales”, concluyó Leigh.