El ex titular del MEF asegura que tenemos un Gobierno débil, sumiso y, en algunos puntos, hasta cobarde. Así también, califica al Congreso de prepotente, abusivo y autor de las peores leyes de la historia contemporánea.
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— ¿La decisión tomada por S&P debe sorprendernos dado el contexto? Se dio en medio del anuncio de la salida del señor Oliva del Consejo Fiscal (CF). También, el ministro Arista anunció que no llegaríamos por segundo año consecutivo a la meta fiscal.
No debería sorprendernos por la institucionalidad actual del país. Tenemos un Gobierno débil, sumiso, en algunos puntos hasta cobarde, con una popularidad de la presidenta entre las más bajas del mundo y un Congreso prepotente, abusivo y autor de las peores leyes de la historia contemporánea. Tenemos también un MEF débil, frágil, hasta sumiso, tanto con referencia al Congreso como al Ejecutivo mismo, así como ante algunas autoridades ediles. La reducción [de S&P]no es menor porque nos pone a un peldaño de perder el grado de inversión, lo cual sería una catástrofe para el país. Los bancos de inversión califican a las deudas de los países con grado de inversión y sin grado de inversión o especulativo. La categoría de especulativo –también se le llama bono basura–, significa que la credibilidad de que paguemos la deuda se elimina. Cuando ese es el caso, las tasas de interés suben, el costo de endeudarse sería mucho más grande para el sector público, y el sector privado y las municipalidades se contagiarían [de ello]. Es una pésima noticia, pero nos la hemos ganado a pulso, porque estas instituciones venían advirtiendo hace tiempo que había cosas que corregir. El comunicado de S&P no menciona el caso, pero me parece que uno de los elementos determinantes ha sido el comportamiento del MEF en los últimos años, que es muy distinto al MEF de la década del noventa o de las décadas pasadas.
— ¿Cómo se grafica esta pérdida de fuerza?
Hay varios ejemplos del Gobierno de Castillo y de Boluarte que grafican el cambio en la actitud del MEF. Empezó, por ejemplo, cuando el MEF admitió el ingreso como director de Petro-Perú a Hugo Chávez, que resultó ser una joyita y que ahora tiene problemas con la justicia. Un MEF cuidadoso posiblemente no hubiera permitido eso. Además, el MEF tuvo que auxiliar a Petro-Perú a cambio casi de nada. Y, por otro lado, normalmente el MEF, a través del Marco Macroeconómico Multianual, suele decirnos que las exoneraciones son malas. El deseo es disminuirlas o controlarlas, pero el MEF dejó pasar una ley de reducción del IGV para restaurantes y hoteles [...] Un MEF frágil, poco serio, también se refleja en lo que se intentó hacer con el déficit fiscal del 2023, este maquillaje que al final no sirvió.
— El adelanto de las utilidades del Banco de la Nación.
Así es. Más recientemente, vimos a un MEF que al principio se plantó frente al municipio de Lima por endeudarse exageradamente, –tal como el Consejo Fiscal (CF) lo había advertido–, sacando un decreto de urgencia y prohibiendo el endeudamiento adicional. En el CF pensamos que esa era una muy buena señal, que finalmente tendríamos una autoridad que haga respetar sus fueros, pero un grito del alcalde bastó para que dos semanas después, ese decreto de urgencia fuese derogado y en la práctica se le está permitiendo al municipio de Lima hacer lo que desee con el endeudamiento.
—¿Y la decisión de no observar la norma sobre el sétimo retiro de las AFP?
Otro ejemplo. Normalmente los ministros de Economía observan las leyes que no parecen ser consistentes con la sostenibilidad económica del país, y en ese criterio de la observación no cuenta si se ha aprobado con una amplia mayoría o no [una ley]. Si una ley malísima es aprobada por una amplia mayoría, ¿el MEF no va a observarla? Además, sabíamos que el MEF simpatizaba con la idea de que Carlos Oliva se mantenga como presidente del Consejo Fiscal y al parecer el no supo defender esa posición ante el Ejecutivo [...]
Hay muchos ejemplos de que tenemos una institución tan importante como el MEF disminuida, débil, frágil. Y cuando un MEF se ve incapaz de controlar sus instrumentos de política fiscal, el Congreso hace lo que le da la gana. Este Congreso ha dado leyes malísimas y en muchas ocasiones sin la pelea del Ejecutivo por observar estas leyes malísimas [...] No exagero cuando digo que no había observado antes un Congreso que dé leyes tan malas para la población. Quizás por eso su popularidad está como la de la presidenta, bien baja.
— ¿Cómo han tomado los miembros del CF el anuncio de la no renovación del señor Oliva como presidente?
El CF es un ente autónomo e independiente, cuya labor es advertir las cosas que en materia de política fiscal no se estén haciendo bien. Para un buen Gobierno, ese CF observador es un complemento ideal para hacer la política fiscal, porque de alguna manera ayuda al MEF a ser responsable, a pelear con los gremios, con los ministros, con los congresistas. Entendía que el ministro actual simpatizaba con la idea de que Carlos Oliva siga siendo presidente del CF, porque el Consejo estaba haciendo bien su labor de advertir del endeudamiento del municipio Lima, de las exoneraciones, de los gastos exagerados del Congreso, porque esa es nuestra labor. Esta situación me parece otro ejemplo de la fragilidad del MEF. El Ejecutivo le dijo que no y el ministro aceptó el no y quedó así. Desde el punto de vista del Ejecutivo, la voz de nuestro presidente Carlos Oliva era una voz incómoda, pero era una voz que ayuda a que la economía se maneje de la mejor manera posible.
“Para un buen gobierno, ese CF observador es un complemento ideal para hacer la política fiscal, porque de alguna manera ayuda al MEF a ser responsable".
— El ministro Arista mencionó también que esta decisión no tendría nada que ver con los comentarios del señor Oliva sobre las transferencias al Gobierno Regional de Ayacucho. ¿Cuesta creer esto?
Los hechos no son consistentes con esa idea [...] Le pareció extraño al presidente del CF que en una norma de austeridad haya fondos nuevos para el Congreso y para un Gobierno Regional. Eso fue. El municipio de Lima también ha estado expresando comentarios salidos de contexto para el presidente del CF y para el CF mismo. Al parecer esta incomodidad y el grito del municipio de Lima influyó también en la no renovación de Carlos Oliva, que es un presidente de lujo y creo que nos va a hacer falta.
— De lo que está en este momento en la cancha del Legislativo, ¿qué proyectos identifica como principalmente riesgosos?
El tema de las pensiones siempre va a estar en el candelero. Cada cierto tiempo se plantea una reforma integral del sistema de pensiones pensando que el nombrecito de “integral” es una solución real. Al final, el término “integral” significa unas pensiones integralmente financiadas por el Gobierno.
En el tema de las pensiones estamos luchando contra la corriente [...] Y, con un Congreso que no está a favor de las pensiones –la prueba son los siete retiros–, ¿cómo se puede aspirar a una ley? El Gobierno tiene que limitarse a garantizar una Pensión 65 para los pobres extremos y allí acaba su función. El resto de los peruanos tendrá que pensar que, si su futuro es una pensión de S/250 cada bimestre, tiene que ahorrar.
— En las últimas horas, desde que se conoció la decisión de S&P, se ha puesto foco en los buenos precios de los metales. El cobre está por encima de los US$4 la libra y se espera que se mantenga así en los próximos años. ¿Es posible que este ciclo de metales mitigue la realidad local?
Ahora va a ser más difícil para el Gobierno tomar deuda, lo va a hacer a tasas de interés más elevadas. Y como la tasa de interés del Gobierno es un espejo para las otras tasas de interés –como la tasa hipotecaria–, estas también pueden elevarse, con lo cual el crecimiento económico recibe un golpe negativo. Incluso los gobiernos locales que estén pensando endeudarse van a tener más problemas porque el garante es el Estado. Era fácil tomar deuda porque el Estado peruano era percibido como un excelente pagador. Y si el grado de inversión bajara un peldaño más, la cosa sería de temer.
“Si tuviéramos un Valentín Paniagua o un Belaunde Terry, seguramente con 7% de popularidad dirían ‘mejor me voy porque la gente no me quiere’, pero esa dignidad es imposible de encontrar”.
— ¿Tiene legitimidad el Gobierno?
Si tuviéramos un Valentín Paniagua o un Belaúnde Terry, seguramente con 7% de popularidad dirían ‘mejor me voy y la gente no me quiere’, pero esa dignidad es imposible de encontrar. Ahí sí soy muy pesimista y tengo la esperanza de que en el 2026 tengamos un presidente normal –no pido mucho–, y un Congreso también normal,–tampoco pido mucho-–porque estos son mediocres, chatos. No es lo que el Perú se merece.
— Economía y política, ¿cuerdas separadas?
No, porque ya hemos visto que la política en este caso significa Gobierno frágil, Congreso prepotente que da leyes malísimas. La política implica que el MEF ha estado cediendo terreno hace bastante rato, y la política está afectando negativamente a la economía..
“No exagero cuando digo que no había observado antes un Congreso que diera leyes tan malas para la población”.
— ¿Habría sido posible, según la data que tenemos hoy, que el MEF cumpla con la meta del 2% sin cambiar la regla fiscal?
Sabíamos que bajar el déficit fiscal del 2,8% del PBI (2023) a 2% era una tarea complicada, pero eso no justifica que el MEF se rinda en primera instancia ante eso.
— ¿Se ha rendido el MEF?
Las evidencias indican que en realidad no están muy preocupados por alcanzar ese límite fiscal, porque de otra manera no hubieran permitido al municipio de Lima endeudarse como lo ha hecho. De otra manera, no hubieran dado recursos adicionales a regiones, a gobiernos descentralizados. La ley, que supuestamente era de austeridad, no tiene en realidad nada de austeridad y más bien hay fondos que se han dado incluso al Congreso. No hay muestras de que el Ejecutivo por lo menos intente, aunque no pueda, bajar el déficit lo más posible. La conducta frente al municipio de Lima es un ejemplo clarísimo de que la meta de déficit no es un asunto importante para el MEF.
“Las evidencias indican que en realidad [el MEF] no está muy preocupado por alcanzar el límite fiscal”.
— Más allá de no llegar a la meta del déficit fiscal, ¿cuál sería la principal consecuencia de permitir el endeudamiento para la Municipalidad de Lima?
Endeudarse es muy fácil. Si el Gobierno actual quisiera endeudarse con US$5 mil millones, lo haría en dos meses. La situación fiscal del Gobierno actualmente es la de un individuo que va a un centro comercial y todos quieren prestarle plata. Así está el Perú. La pregunta es, ¿para qué nos endeudamos? Y, ¿podremos pagar esta deuda en un tiempo razonable y sin afectar las cuentas de los gobiernos siguientes? Normalmente lo que se hace es preparar muy buenos proyectos, bien justificados, bien sustentados, y el paso casi final es el endeudamiento. Aquí parecería que primero viene el endeudamiento y luego viene la preparación de los proyectos. Además, no tiene mucho sentido financiero, porque me presto plata a 10% anual, que es una tasa cara. Colocando la deuda con el aval del Gobierno, podría haber conseguido el municipio de Lima una deuda de 7%. El municipio se podría haber ahorrado alrededor de 20 millones al año solo en intereses. La Ley de Responsabilidad de Transparencia Fiscal dice que los municipios no deben de endeudarse por encima del 100% de sus ingresos. Hay una excepción que le permite al municipio de Lima endeudarse por encima de ese ratio porque tiene grado de inversión.