El Gobierno peruano espera aprobar en el segundo trimestre del año el estudio de impacto ambiental del proyecto Tía María de la minera de cobre Southern Copper, un postergado plan de unos US$1.000 millones, afirmó el ministro de Energía y Minas, Jorge Merino.
El proyecto de Southern Copper, ubicado en el sur de nuestro país, es clave porque elevaría la producción de la compañía en unas 120.000 toneladas anuales de cobre.
Este es el segundo plan ambiental que presenta la empresa controlada por Grupo México, dado que el primero fue rechazado por el Gobierno del ex presidente Alan García aduciendo “observaciones inviables” y tras persistentes manifestaciones de la población por temores ambientales.
Tras ello, Southern elaboró y presentó un nuevo plan al gobierno del mandatario Ollanta Humala, y en diciembre pasado logró en una audiencia pública la aprobación “social” de Tía María por parte de los habitantes de Cocachacra, localidad vecina al proyecto.
“Estamos ahora evaluando las observaciones que a propósito de este taller público (realizado en la zona de influencia) se hacen a través de la población civil. Para ese procedimiento se tienen 90 días para ya llegar a una aprobación definitiva. Estamos coordinando mucho con la empresa”, declaró el titular de la cartera de Energía y Minas.
PROYECTO RETRASADO
El proyecto se había retrasado por temores de la población a una contaminación ambiental y a que la empresa use en sus operaciones las aguas que utilizan los campesinos de la zona en sus actividades agrícolas.
Sin embargo, Southern Copper ha afirmado que el emprendimiento emplearía agua de mar, para lo cual se construiría una planta desalinizadora.
Southern Copper opera en Perú las minas Toquepala y Cuajone y la refinería de Ilo, así como las operaciones de Buenavista y La Caridad en México.