Cuidado, hípsters. Los precios de la quinua se encaminan a un aumento a medida que Perú, el mayor productor mundial de la semilla, comienza a exportar el cultivo, rico en proteínas, a China.
Representantes de ambos países firmaron a finales del mes pasado un acuerdo aduanero en Pekín que permite la importación de quinua de Perú por primera vez. El acuerdo se suma a pactos similares para las gambas el año pasado y arándanos en 2016, y se produce a medida que la nación andina aumenta rápidamente los envíos de productos frescos mientras diversifica una canasta de exportación dominada por el cobre y el oro.
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“Es una oportunidad inmensa”, dijo Alfonso Velásquez, presidente de la Asociación de Exportadores conocida como Adex, que espera que los precios suban cuando comiencen los envíos. Y añadió que el aumento de la demanda estimulará la producción de quinua y las empresas chinas querrán involucrarse.
Perú reforzó su posición como el mayor proveedor mundial de la semilla tras un aumento en la demanda en la primera mitad de esta década, lo que provocó un alza de los precios y desató prisas por ampliar la producción. Como resultado, los productores desde España a Estados Unidos, que estaban experimentando con el cultivo, elevaron la producción. Posteriormente, los precios de exportación cayeron entre 2015 y 2016 y aún no se han recuperado, lo que llevó a los productores peruanos a frenar la producción.
Autóctona de las montañas de los Andes en América del Sur, la semilla rica en proteínas y sin gluten ha cobrado popularidad entre los consumidores conscientes de la salud en todo el mundo durante los diez últimos años. Recientemente se ha convertido en un ingrediente básico en los restaurantes Poke de Estados Unidos.
EL MAYOR MERCADOLos agricultores comenzaron a producir quinua a gran escala en la árida costa de Perú por primera vez cuando los precios empezaron a subir hace diez años, utilizando pesticidas para controlar el moho y los insectos. Algunos cambiaron a otros cultivos después de que Estados Unidos, el mayor importador de quinua, rechazase los cargamentos debido a residuos de pesticidas.
El Perú exportó US$125 millones de quinua el año pasado, de los cuales el 36% se destinó a Estados Unidos, según el Ministerio de Comercio de Perú. Cinco años antes, las ventas a Estados Unidos representaban el 55% del total.
Velásquez, ex ministro de producción, dijo que la demanda de los compradores chinos podría estimular el cultivo a gran escala en áreas de tierras altas, que son más adecuadas para el cultivo. “Si mantenemos los niveles de calidad y aceptación de la quinua peruana, sin duda, Asia se convertirá en el mayor mercado”, señaló.
Perú ha expandido la producción agrícola en los diez últimos años tras firmar acuerdos de libre comercio con China, la Unión Europea, Japón y Estados Unidos. En la actualidad, es un proveedor mundial clave de cultivos como aguacates, uvas y arándanos.
Los exportadores ven a China como uno de los mercados con mayor potencial para productos agrícolas. Si bien la demanda de cobre y otros metales por parte del gigante asiático lo convierte en el mayor socio comercial de Perú, sus compras de productos frescos siguen siendo relativamente pequeñas. El país sudamericano vendió US$177 millones en productos agrícolas a China el año pasado, frente a los US$1.900 millones enviados a Estados Unidos.
La inversión china en el país también ha crecido, expandiéndose más allá del sector minero a proyectos de logística y energía.
Los arándanos son un buen ejemplo de cómo la diplomacia con China está dando sus frutos. Perú se convirtió en el segundo mayor exportador de arándanos a China en 2017 después de Chile tras recibir la aprobación fitosanitaria de aduanas. China importaba previamente casi todos los arándanos del vecino sur de Perú.
El Perú generó US$554 millones de exportaciones de la baya en 2018, un 53% más que el año anterior.
“Somos la sensación global en arándanos”, dijo Velásquez, y agregó que, aunque el fruto se puede producir durante todo el año, Perú es el único país en esa parte del hemisferio sur que cosecha en septiembre y octubre, lo que cubre un hueco en las cosechas de Estados Unidos y Chile.
Velásquez señaló que el fruto será la estrella de la feria anual de Perú Expoalimentaria en Lima en septiembre, al igual que la quinua atrajo compradores extranjeros a ferias anteriores.
Los retrasos en nuevos proyectos de riego y la incertidumbre sobre el futuro de un régimen laboral e impositivo especial para la agroindustria que caduca en 2021 obstaculiza la expansión del cultivo a gran escala en la costa peruana, dijo. Una ley respaldada por el Gobierno que pretende ampliar el régimen durante 10 años lleva a la espera de una votación en el Congreso más de un año.