1. Haz lo correcto. La reputación no es un tema de imagen, sino de realidad: tu imagen es solo el reflejo de quién eres. Construye tu reputación sobre un posicionamiento ético claro. No es posible una buena reputación sin una conducta intachable e incorruptible a través del tiempo. Cumple tu palabra. Hónrala. Sé leal a tus valores y no hagas excepciones. Evita los conflictos de interés. Recuerda que todo se sabe. Sigue tu voz interna.
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2. Valora tu reputación. Date cuenta de la enorme importancia que tiene tu reputación para tu carrera y tu futuro. Recuerda que, en el nuevo mundo del trabajo, los trabajos van y vienen, y siempre necesitarás de una reputación intachable para continuar con éxito tu carrera o tu negocio. Cuida tu reputación cada día de la semana.
3. Misión y servicio. Pon tu misión por delante y recuerda que esta no puede ser solo hacer dinero, debe tener un componente de servicio. Trabaja por una razón de fondo que sea más grande que tú mismo y que, ojalá, sea provechosa y beneficie a muchos, sobre todo a tus clientes, trabajadores y colegas, a tu familia y a la sociedad. Ayuda todas las veces que puedas. No niegues una mano a quien lo necesita.
4. Buenas relaciones. Los contactos y relaciones, quienes tienen nuestra reputación en sus mentes, son quienes refieren nuestro trabajo o negocio, y su calidad. Cuida con quién te juntas: somos el promedio de las cinco personas con quienes más nos juntamos. Fíjate quién influencia en tus ideas, quién impacta en tus criterios y paradigmas. La mala reputación puede empezar en cualquier lado, tal como se quema un bosque entero con un solo fósforo.
5. Trabajo serio y de calidad. Lograr una excelente reputación profesional toma años de trabajo serio y comprometido con brindar productos y servicios de calidad. Haz muy bien tu trabajo, agrega valor, cumple los tiempos, ponle corazón a lo que haces. Cuida la calidad de lo que haces por encima de todo, que es lo único que te gana buenas referencias y recomendaciones. Esfuérzate para cuidar tu reputación a pesar de las tentaciones o facilismos. Sigue aprendiendo. No puedes perder vigencia.
6. Integridad. La buena reputación se basa en una línea de conducta intachable en lo personal y lo profesional. De igual forma, sé el mismo en lo virtual como en lo real. Participa en las redes sociales de manera coherente con quién eres y sobre todo, a dónde quieres llegar. Cuida tu manera de comunicarte y sé estratégico para lograr que los demás te perciban y recuerden de la forma que quieres. Haz auditorías a tus redes para analizar cómo proyectas tu marca personal.
7. Sé auténtico y sencillo. Se llega más lejos con sencillez que pretendiendo impresionar. Trata de conectar para establecer buenas relaciones con quienes luego serán los embajadores y publicistas de tu marca personal. Y para conectar la confianza es clave. Gánatela. Date a conocer, pero evita la arrogancia y la falsa modestia. Aprende a pedir disculpas si te equivocas o dañas. Cuida tu reputación y piensa en ella constantemente.
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