Con gran éxito llegó a su fin el I Concurso Nacional de Microficción ‘Historias Mínimas’ realizado por este suplemento con el auspicio de la Fundación BBVA Continental, que se inició el 24 de octubre y finalizó el último fin de semana con la entrega de los premios a los tres primeros lugares en el Hay Festival Arequipa 2016. Se recibieron 3.963 microrrelatos, de los cuales el jurado —conformado por Alonso Cueto, Renato Cisneros, Ricardo Sumalavia, Jaime Bedoya y Carlos Reyes—eligió siete menciones honrosas y tres ganadores. El primer lugar lo ocupó Miguel Flores-Montúfar; el segundo, Julio Martín Cáceres; y el tercero, Violeta Jurado Serpa. Nos vemos el próximo año.
1er Puesto: “Aparición” por Miguel Rodrigo Flores-Montúfar VÍlchez
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Vengo de su casa. Como dijiste, estaba dormido de llorar y beber tanto. Empecé como acordamos: “José, hijo de David, no temas…”. Mientras le hablaba, no abrió los ojos, no respondió. Dejó que mis palabras lo aliviaran y volvió a dormirse. Creo que lo convencí, María.
2do Puesto: “Mom” por Por Julio Martín Cáceres García
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Empiezo a morderlo quedamente, como si realmente no quisiera despertarlo. A masticarlo, a saborearlo, a comérmelo por pedacitos hasta que todo él está nuevamente en mi vientre. Y me siento a esperar a que sus células se reúnan y a que su cabecita vuelva a abrirse paso entre mis piernas.
3er Puesto: “Huida” por Violeta Ivón Jurado Serpa
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La primera vez que ingresé al espejo solo contemplé el desierto oscuro de mi soledad. Las otras veces, casi pude ver el cielo azul, las playas de arena blanca. He aprendido a viajar dentro del espejo, incluso cuando mi madre duerme. Incluso cuando su hermano, mi tío, no me toca.
MENCIONES HONROSAS
“El congelador” por Alter Sadovnic MoránCuando regresé a casa esa noche me di cuenta de que no había luz. “Mierda, la carne en el congelador”. Pero ya era demasiado tarde, estaba ya tratando de escapar.
“Sonámbula” por Amalia Álvarez CamereEstaba profundamente dormida, pero cuando levantó la cabeza de su carpeta, se encontró con todos sus compañeros degollados en el piso. Se paró de su asiento y de su regazo cayó una cuchilla ensangrentada. Sonrió. Su madre ya le había advertido que hacía cosas mientras dormía.
“Pesadilla” por Doan Antonio Ortiz ZamoraGrité muy fuerte para escapar del animal que devoraba mi cabeza. Cuando desperté, no hubo lugar para colocarme mi sombrero.
“La creación” por Claudia María Suárez CórdovaTomó una porción de barro, depositó saliva en ella, la amasó, diole forma esférica y le transmitió un soplo de vida a su imagen y semejanza. Concluido el trabajo, se aferró a su obra y juntos rodaron por el tiempo. Finalmente, el escarabajo, satisfecho, procedió a sacudir sus patitas.
“El último tallerista” por Javier Alejandro Arnao PastorEra viejo y andaba en la absoluta miseria. Le propusieron dictar talleres de escritura creativa para ancianas ricas. La primera clase fue un éxito rotundo. A la segunda, ellas lo olvidaron todo, así que repetía lo mismo en la siguiente, hasta que un día también él empezó a olvidar.
“Silencio en la boca” por Félix Enrique García AnhuamánLlegó corriendo, se veía pálido y desesperado. Hacía señas de que algo le sucedía. “Dime qué pasa”, le dije yo. Se negó tapándose la boca con ambas manos. Insistí en que me dijera. Cuando abrió la boca, las moscas empezaron a salir, eran millones.
“Tímido” por Óscar Diego García MezaEn la reunión de Tímidos Anónimos, Antonio fue el primero en pedir la palabra. Las miradas sorprendidas y el silencio incómodo le hicieron saber que allí ya no sería bienvenido.