Al inicio fue la palabra. En ese turbulento siglo XVI, cuando se produjo la Conquista, comenzó también el tortuoso encuentro de varios códigos lingüísticos —los de las lenguas autóctonas y el español—, y ahí, entre relatos orales, crónicas, evangelios y míticas narraciones andinas, empezó a configurarse en el horizonte eso que con los siglos se llamaría “literatura peruana”. Una literatura preñada desde el principio de múltiples influencias y voces, aunque muchas de ellas hayan sido ignoradas o silenciadas en el tiempo. Hoy, cinco siglos después, se busca recuperar esta historia heterogénea con una serie de volúmenes que llevan en el título la palabra “literaturas” —en plural—, y que tratan de esbozar un nuevo derrotero a la luz de recientes estudios culturales.
Los directores de esta colección de seis tomos —Historia de las literaturas en el Perú es el título completo — son los investigadores Raquel Chang-Rodríguez y Marcel Velázquez Castro, quienes enfatizan el carácter polifónico de este proyecto, que lleva cuatro años de maduración, y que recoge ensayos de más de 80 académicos de 40 universidades peruanas y extranjeras. El estudio ha sido impulsado por la Casa de la Literatura Peruana con el auspicio del Fondo Editorial de la Universidad Católica del Perú, y más que construir un nuevo canon nacional, lo que se busca es cubrir desde distintos ángulos todo el devenir de nuestras letras hasta los años finales del siglo XX e inicios del XXI.
Los dos primeros tomos, que acaban de ser publicados y se pueden descargar gratuitamente desde el portal de la CasLit (goo.gl/8Motvr), analizan este primer contacto entre lo andino y lo europeo (volumen I), vínculo que explícita o subrepticiamente se consolidará a lo largo de los tres siglos de dominación (volumen II). Ahí destacan nítidamente tres personajes que podrían verse como expresiones de lo mestizo, lo indio y lo español: el Inca Garcilaso, el cronista Felipe Guamán Poma de Ayala y Juan de Espinoza Medrano, conocido como “el Lunarejo”, quien abarcó una diversidad de géneros, desde la oratoria eclesiástica hasta el teatro y la filosofía. El primer libro lleva el subtítulo de “Literaturas orales y primeros textos coloniales”, y el segundo “Literatura y cultura en el virreinato del Perú: apropiación y diferencia”. La colección se completará con cuatro textos de próxima aparición, tres de los cuales se ocuparán del siglo XX.
Aquí el diálogo con ambos académicos.
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Directores de la colección: Raquel Chang-Rodríguez y Marcel Velázquez Castro.
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¿Cuál sería la particularidad de esta investigación respecto de sus predecesoras, como las historias realizadas por Luis Alberto Sánchez, Augusto Tamayo, o los hermanos Jorge y Antonio Cornejo Polar?
Marcel Velázquez Castro [MVC]: Este proyecto se distingue de otros por su carácter colectivo, y porque busca dar a conocer el estado de la crítica actual y lo más avanzado de las investigaciones sobre la literatura en el Perú. Con Raquel [Chang-Rodríguez] hemos escogido a los coordinadores de cada volumen, y con ellos hemos tomado la decisión con respecto a los colaboradores, siempre buscando a quienes han destacado por su perspectiva original o por estar a la vanguardia en la investigación de determinado tema.
Raquel Chang-Rodríguez [RChR]: Lo que hemos querido evitar ha sido una periodización de corte exclusivamente cronológico. Por eso hemos hecho un corte diacrónico de la literatura peruana en el que hemos trazado lo que Marcel llama umbrales, y yo prefiero llamar horizontes. La discusión mayor surgió en torno al siglo XX, cuando tanto la poesía como la novela tuvieron aportes importantes que no se pueden soslayar. Por eso lo hemos dividido en tres tomos: uno dedicado a la poesía, otro a la narrativa y el cuento, y un último referido a la dramaturgia y la ensayística. Sin desmerecer los aportes anteriores, nuestra idea es recoger los avances más recientes.
MVC: Yo añadiría que esas antiguas aproximaciones estaban marcadas por una visión unitaria de lo nacional y enmarcadas en la producción escrita en español. Nosotros hemos tratado de descentrar esa visión y ensanchado las producciones discursivas en un sentido amplio. Somos conscientes de que el Perú es una nación multicultural fracturada, con muchos sistemas lingüísticos y sujetos sociales. Hemos prestado atención, por ejemplo, a la literatura popular asociada a la sátira, al carnaval, a la protesta obrera. En ese sentido, es una historia que responde a las nuevas concepciones que tenemos de nosotros mismos como sociedad o nación. Y al ser un proyecto colectivo, esto hace que cualquier sesgo disminuya considerablemente.
¿Cómo definen su papel como historiadores de la literatura? ¿En qué se diferencian de un crítico, por ejemplo, cuyo fin es eminentemente valorativo o estético?
RChR: Es interesante la pregunta, pues no creo que podamos hacer una diferenciación tan clara entre un crítico y un historiador de la literatura porque ambos van de la mano. Claro que en todo proyecto historiográfico hay cosas que tienen que dejarse de lado porque es imposible abarcarlo todo; pero, en el caso específico de este proyecto, ha predominado el sentido amplio de lo que es literatura, no en uno estetizante, como es tradicional, sino que nos hemos movido en lo que se llaman hoy discursos literarios. De ahí resulta que en el primer tomo vamos a encontrar mitos amazónicos, poemas quechuas o un ensayo sobre Dioses y hombres de Huarochirí, realizado por Gerald Taylor, un académico francés que ha hecho una reconstrucción filológica de este manuscrito.
MVC: Efectivamente hay zonas comunes entre la historia y la crítica literaria, pero también hay diferencias. En el caso del proyecto se busca trazar coordenadas diacrónicas de un proceso y se presta mayor atención a los géneros y se trata de ofrecer explicaciones más comprensivas antes que el análisis y la valoración de un solo texto, que sería más el trabajo de un crítico, algo que está permeado por sus propias preferencias y modelos estéticos.
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Los dos tomos de Historia de las literaturas en el Perú se pueden descargar desde el portal de la Casa de la Literatura Peruana.
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Si bien una historia literaria debe ser amplia y heterogénea, como dicen, necesariamente se deben asumir ciertas posturas. Algunos van a leer estos tomos para ver qué autores han sido incluidos o excluidos de los mismos.
MVC: Esa disputa por el canon nacional y por la centralidad de ciertos géneros y nombres siempre estará presente. Es lógico en un campo dinámico, donde hay distintas lecturas del fenómeno y sujetos sociales en conflicto. Es parte también de la dinámica social de un país escindido entre la oralidad y la escritura. Por lo menos, desde mi perspectiva, creo que la cultura andina es la cultura vencedora en el siglo XXI; es la que ha logrado irradiarse en nuestras tradiciones y está insuflando diversas formas culturales, muy vivas y dinámicas. Quizá para adelantarnos a esas posibles polémicas, hemos ordenado el siglo XX alrededor de géneros y, después de mucha discusión y reflexión en torno de algunas figuras centrales —en poesía están Martín Adán, César Vallejo, como voces mayores que nadie puede discutir; en narrativa Arguedas y Vargas Llosa—, resulta imposible que no haya un artículo exclusivo sobre ellos. Entonces, hemos combinado esas figuras canónicas con procesos, voces, formatos, estéticas, etc.
RChR: Esas polémicas son enriquecedoras cuando no se quedan solo en la anécdota. Cada uno de los volúmenes tiene un capítulo introductorio que ofrece los parámetros que han marcado cada género particular. Sobre estas figuras centrales que mencionó Marcel, yo agregaría a José Carlos Mariátegui, y en el mundo colonial, hemos escogido a quienes creemos son los indiscutibles fundadores de la literatura peruana: el inca Garcilaso, Guamán Poma de Ayala y Juan de Espinoza Medrano. Son los ingenios de la época, que marcaron pautas y de alguna forma fueron la base de lo que vino después.
¿Qué aspectos nuevos y relevantes vamos a encontrar en estos dos primeros tomos dedicados, si se puede decir, a los inicios de nuestras letras?
RChR: En el segundo tomo, que hemos coordinado Carlos García-Bedoya y yo, hemos puesto énfasis en el campo de la lírica. Y hemos escogido el Discurso en loor de la poesía, de Clarinda, una de las anónimas peruanas, como el comienzo de las letras virreinales, pues ahí ella invita a las musas a mudarse al espacio antártico y de esta manera está reconociendo la viabilidad de este espacio y de quienes acá escriben.
MVC: La gran figura reconocida de la literatura colonial ha sido Garcilaso, y la apuesta que estamos haciendo es colocar a su lado las figuras de Guamán Poma y de Espinoza Medrano como hitos fundacionales. De alguna manera, estamos reconfigurando ese imaginario colonial. También me parece importante el ensayo dedicado a la sátira, un modelo discursivo muy importante en este período que tuvo distintas voces, algunas muy virulentas contra Lima, como el poema de Esteban Terralla y Landa, “Lima por dentro y fuera”, que satiriza la figura del limeño. La sátira es una tradición que está ligada a lo popular, a lo carnavalesco con sus burlas al poder y la élite, y que debemos volver a visitar y apreciar en sus propios códigos.
Para terminar, quisiera saber cuándo aparecerán los tomos restantes, el tercero y cuarto, están dedicados a la independencia e inicios de la república y el siguiente a la poesía en el siglo XX.MV: Diría que a groso modo, el tercer tomo va a abarcar desde 1780 a 1920, es un tomo en el que hay una gran presencia de escritoras, novelistas, sobre todo. También existe un trabajo sobre la cultura popular, los cancioneros, la poesía que circulaba en ediciones muy sencillas y muy baratas. Se dará mucho peso, además, a la interacción entre la novela y la prensa. La literatura del siglo XIX, en general, no se puede estudiar sin la historia de la prensa. La prensa es el soporte por excelencia para las tradiciones, la poesía, las leyendas, las novelas. Yo creo que es un tomo que va a traer muchas novedades porque en los últimos años es el siglo sobre el que más se ha renovado historiográfica y críticamente. En el Perú y el extranjero varios académicos hemos contribuido con su renovación y ahora es el momento de poner en el estante todos estos cambios de perspectiva.
RChR: Efectivamente el tomo IV estará dedicado a la poesía y lo están dirigiendo dos académicos de primera línea como Giovanna Pollarolo y Luis Fernando Chueca. He tenido el gusto de reunirme con ellos la semana pasada y ya tienen varios artículos, y todo el proceso editorial está muy avanzado, por eso este será el tomo próximo a salir. Después aparecerá el tercero en el que ha habido ciertos retrasos. En este cuarto tomo estarán las voces mayores de nuestra poesía: Eguren, Martín Adán, César Moro, César Vallejo, Eielson, Blanca Varela… Un aspecto importante que quería destacar es que todos los volúmenes tienen abundante material gráfico para ayudar sobre todo a los lectores más jóvenes a identificar los rostros de nuestros creadores, queremos contribuir a que los conozcan y pueden establecer el enlace con sus obras.
Después, como dijimos, el tomo V estará dedicados a la novela y el cuento y el VI a dramaturgia y la ensayística del siglo XX.