RAÚL MENDOZA CÁNEPA @rmendozacanepa
La muerte del actor Philip Seymour Hoffman ha colocado sobre el tapete el tema del éxito, al que en ocasiones sigue el exceso y la muerte como una concatenación fatal. Se dice que en algún momento la estrella hollywoodense manifestó que temía aquel desenlace. Preso ya de sus desbordes la heroína le ganó la partida.
EL PRECIO DEL ÉXITOLa muerte de actor estadounidense ha traído a colación algunas otras tragedias precedentes en el mundo de la actuación. Hace poco más de cincuenta años Marilyn Monroe fue hallada muerta en su casa de Brentwood, California. Fue en la madrugada del 5 de agosto de 1962. Aunque se ha especulado sobre un posible suicidio y hasta de una conspiración política, la actriz sucumbió a una sobredosis de barbitúricos. Tenía 36 años.
El 16 de agosto de 1977, Elvis Presley fue encontrado muerto en el baño de su casa en Memphis. Se dijo que la causa fue una sobredosis de medicinas.
En los últimos años la muerte por excesos ha tendido a ser más frecuente consolidando la imagen del actor triunfador como un solitario secretamente perturbado. ¿Una errada concepción del éxito quizás?
Cuando tenía 23 años, River Phoenix murió por una sobredosis de cocaína, morfina y heroína. Había salido recién de una discoteca de propiedad de Johnny Depp en Los Ángeles. Era la medianoche del 31 de octubre de 1993. A esta joven promesa se le comparaba con James Dean. Como él, se convertiría en un joven mito.
Una de las muertes más impactantes fue la de Heath Ledger, muerto el 22 de enero de 2008 a los 28 años. El actor fue hallado por su ama de llaves en su cama, víctima de un extraño coctel de medicamentos que su organismo no pudo tolerar: oxicodona, hidrocodona, diazepam, temazepam, alprazolam y doxilamina. Se dice, irónicamente, que Philip Seymour Hoffman intentaba persuadir a Ledger para que abandonara el uso de sustancias.
Ledger había dado vida al Guasón en “Batman, el caballero de la noche”. Fue la más convincente muestra de su talento.
Britanny Murphy corrió la misma suerte que Ledger, corría diciembre del 2009.
Un caso que estremeció a Hollywood fue el de Whitney Houston. El 11 de febrero de 2012 fue encontrada muerta en la bañera de un hotel. Tenía 48 años. Había mezclado cocaína y otras sustancias que quebraron su organismo.
En el 2013, Cory Monteith, protagonista de “Glee” moría en la habitación de un hotel de Vancouver por una mezcla de alcohol y heroína. Tenía solo 31 años.
A PLAZOHollywood da cuenta de una gran lista de actores que no pudieron soportar la carga del estrellato ni el frenético ritmo de la vida actoral. Muchos se hundieron en el caos de una vida dominada por el alcohol o las drogas. El pago de la factura fue posterior. John Cassavetes perdió la vida por una enfermedad gestada por los abusos del alcohol. Tenía el hígado destrozado. Judy Garland sufriría las consecuencias de sus consumos desbordantes. Los trastornos mentales y la anorexia acabarían con su vida.