DIANA GONZALES OBANDO @dianagobando
La galería Jorge Eduardo Eielson (1924-2006).
Conversamos con la curadora asociada y directora del Centro de Estudio Jorge Eielson de Florencia, Martha Canfield, quien está en Lima para dar una visita guiada en la galería el día de mañana a las 7:30 pm. La exposición estará abierta hasta el 31 de diciembre.
¿Cómo fue su relación con Jorge Eduardo Eielson, de qué manera se conocieron? ¿Qué fue lo que la cautivó de su propuesta?
Conocí a Jorge Eduardo en 1982. Yo era entonces asistente de cátedra del Prof. Roberto Paoli, conocido peruanista, como muchos recuerdan bien en Perú. Una tarde de ese año (tal vez febrero o marzo), me dijo que había invitado a un poeta peruano para una presentación en la Facultad y me preguntó si yo lo conocía. La verdad es que yo no lo conocía para nada, nunca lo había leído y no sabía nada de él. Pero cuando lo escuché decir sus poemas quedé literalmente fascinada. Nos hicimos amigos inmediatamente. Le presenté a una excelente pintora uruguaya, Lily Salvo, que vivía en Florencia, muy amiga mía, y fuimos a cenar a su casa, junto con Michele Mulas, el compañero de Jorge Eduardo que lo acompañaba en todos sus viajes. Y se creó inmediatamente una relación de profunda afinidad, simpatía, admiración y con el tiempo de mucho cariño recíproco. Poco después él me invitó a Cerdeña, y pasé unos días en la casa que ellos tenían allá. Allí empezamos esa serie de entrevistas que luego se transformarían en el libro que él quiso intitular El diálogo infinito, primero publicado en México, y más recientemente en Sevilla. ¿Qué me cautivó de su propuesta? Creo que fue su lenguaje innovativo, transgresivo y a la vez altamente lírico, su búsqueda de absoluto y su rechazo de todo lo que pueda ser una máscara social, su autenticidad.
Si bien Eielson destacó en sus inicios en el mundo de la creación a través de la literatura con “Reinos” ¿cómo fue su llegada a las artes plásticas?
Creo que Jorge Eduardo empezó a escribir y a pintar al mismo tiempo, de hecho en la época en que publicó Reinos, un poemario estupendo que le mereció el Premio Nacional de Poesía, había ya hecho algunas exposiciones y era amigo de otros grandes artistas, como Fernando de Szyszlo, que alguna vez lo definió sencillamente como “la estrella de nuestra generación”. Cuando se trasladó a Europa siguió por mucho tiempo dividiéndose entre ambas formas de expresión y a menudo declaró que para él no había diferencia entre lo que hacía como pintor y lo que hacía como escritor, era simplemente el recurso a un lenguaje o a otro para poder expresar lo que llevaba adentro.
¿Cómo fue la aparición de los nudos? ¿Qué significa la presencia de los nudos en su obra plástica?
Él mismo ha explicado que después de hacer collages con pedazos de prendas de vestir, especialmente jeans y camisas, empezó a desgarrar esta ropa, y a pegar los pedazos en la tela, y luego empezó a anudar los pedazos hasta llegar a la configuración del nudo, con lo cual sintió que había logrado una cifra que lo expresaba mejor que ninguna otra. El nudo además se le presentó como la realización inesperada de algo ancestral, como la nueva proposición de algo característico del mundo inca: el quipu. Por eso, aunque sus nudos son en realidad muy distintos de un quipu verdadero, él se complacía en llamarlos “quipus”. Por eso yo interpreto su nudo como un verdadero punto de soldadura entre el pasado precolombino de su país y su presente histórico y artístico. Otros artistas latinoamericanos han buscado en los códigos maya y azteca, o en otras formas del arte prehispánico, un signo que pudiera modular su lenguaje contemporáneo con la sugestión y la profundidad de las raíces históricas: así lo han hecho, mediante distintas invenciones pictóricas, el chileno Matta, el cubano Lam, el uruguayo Torres García y otros. Pero solo Eielson ha encontrado un fundamento artístico y antropológico en el quipu peruano y ha sabido transformar el antiguo signo quechua en el núcleo estético y semántico de un lenguaje exquisitamente moderno.
Su obra está relacionada de tal manera que es en una novela “El cuerpo de Giulia-no” donde se encuentran los códigos de sus nudos. ¿Su arte era un proyecto totalitario?
Creo que sí, seguramente para Eielson el arte debía constituir un absoluto y expresar de manera sencilla lo absoluto. En eso creo tuvo gran influencia sobre él su aproximación a la filosofía del budismo zen y la enseñanza de su inolvidable maestro Taisen Deshimaru.
J. E. Eielson vivió más de 50 años de su vida en Italia, toda una vida; sin embargo, en su obra se hace evidente la presencia de su tierra natal ¿Qué significaba el Perú para él?
El Perú no dejó de estar presente siempre en él. Él se sentía peruano y estaba orgulloso de serlo. Amaba todo lo que había aprendido de las culturas precolombinas, incaica y preincaicas, del arte y la literatura del siglo XX con todo lo revolucionario que ellas implican y en eso un nombre surgía poderoso, fundamental para él: César Vallejo. “Padre César” lo llamaba él, y así lo dice en uno de sus poemas. Vallejo es para él el ejemplo de capacidad de ruptura con los cánones tradicionales y al mismo tiempo iluminante fidelidad a su tierra de origen, tierra mestiza, madre tierra, madre-tierra-amorosa.
Sobre la muestra en Enlace ¿qué es lo que se verá en “El lenguaje mágico del nudo”?
En la Galería Enlace se verán algunas obras que poseen los galeristas y otras que llevará Marina Affanni, galerista ella misma, hija de Duilio Affanni, el galerista más importante que tuvo Eielson en Italia. Marina lo conoció cuando ella era todavía casi una niña, y Jorge Eduardo le enseñó muchas cosas – ella lo llama “Maestro” – entre las cuales está por ejemplo la misma catalogación de toda su obra que Marina está cumpliendo rigorosamente desde hace muchos años. Además de esta exhibición, tendrá lugar también un homenaje-performance realizado por el poeta italiano Enzo Minarelli y por mí. De esto no digo más, si no se pierde la sorpresa. Digo solo el título de la performance: Pájaros de Gardalis, y aclaro que Gardalis era la localidad de Cerdeña donde Jorge Eduardo y Michele tenían la casa y allí, muchas veces, Jorge Eduardo se deleitaba escuchando y grabando por horas los cantos de los innumerables pájaros de la fauna local.
MÁS INFORMACIÓN
Podrá escuchar a Martha Candield el martes 18 en la Casa de la Literatura Peruana en el marco del Congreso Internacional “Palabra, color y materia en la obra de Jorge Eduardo Eielson” (del martes 18 al sábado 22 de noviembre). Canfield dictará la conferencia magistral “Eielson, plástica y literatura a las 6:20pm.