Después de la gran controversia suscitada por el hallazgo, los restos de Miguel de Cervantes de Saavedra, finalmente descansan en un monumento erigido en su honor en la iglesia de San Idefonso del convento de las Trinitarias de Madrid, lugar donde se encontraron. Seguir a @ElDominicalEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
La presentación del monumento, realizada por Ana Botella, actual alcaldesa de Madrid, ha ocurrido tres meses después del hallazgo de los restos tanto de Cervantes como de su esposa. Se le rindieron honras militares debido a la trayectoria en las armas del escritor. De su carrera militar deriva el famoso epíteto “el manco de Lepanto”, ya que el escritor perdió la movilidad de su brazo izquierdo durante la batalla de ese nombre contra el Imperio Otomano. Evento que se ve reflejado en su más famosa novela “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, donde un soldado español “tal de Saavedra” es preso por los otomanos junto con el capitán cautivo.
Dicha novela también ha hecho noticia este año, ya que el 2015 marca el IV centenario de la publicación del segundo libro del Quijote. En él, Cervantes abandona las historias paralelas que se mezclaban con la de Don Quijote en el primer libro para dedicarse a las aventuras del Caballero de la Triste Figura y su fiel escudero Sancho Panza. Sin embargo, el Quijote no es el único texto celebrado de Cervantes, quien también escribió “Los trabajos de Persiles y Sigismunda” las “Novelas ejemplares” y la novela pastoril “La Galatea” cuya segunda prometía constantemente, incluso en su lecho de muerte.