Hace 50 años, el 5 de junio de 1967, otra vez estalló la guerra en el Oriente Medio. El naciente estado de Israel se enfrentó a los países árabes de Egipto, Siria y Jordania en una guerra relámpago que se decidió básicamente por el ataque sorpresa de las fuerzas aéreas israelíes sobre los aviones egipcios en tierra. Conocida como la guerra de los Seis Días, esta confrontación bélica determinó el afianzamiento geopolítico de Israel, que se posesionó de la península de Sinaí, y gestó su imagen de potencia en la región. Los ecos de esta guerra han marcado las décadas siguientes y han convertido a esta zona en una de las más candentes del planeta.
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