Se está diciendo que la presentación de recursos de nulidad contra 802 actas por parte de Fuerza Popular es una acción legal pero poco democrática, porque eliminaría muchos votos y ya no cabría que la otra parte presente también recursos similares contra actas en las que ganó Fuerza Popular y en las que también habría habido fraude o irregularidades.
Pero no es así. Quién se encargó de hacerlo en las propias mesas fueron los personeros de Perú Libre, que impugnaron votos en la mayor parte de 461 mesas, y, sobre todo, la ONPE, que observó 886 actas principalmente en Lima, Piura y La Libertad, allí donde había ganado Keiko Fujimori. (Por lo demás, Perú Libre también ha presentado acciones de nulidad contra 128 actas en Loreto).
En muchos casos, esas 886 actas observadas por la ONPE eran correctas, pero se les atribuyó defectos de ilegibilidad, por ejemplo, que no eran tales. En cambio, dejó pasar muchas actas en las zonas donde ganó Pedro Castillo, que tenían evidentes inconsistencias, irregularidades y vicios, que se muestran en los casos que ha presentado y objetado Fuerza Popular, y que, en cierta proporción, serían el producto de acciones dolosas. Algo por lo demás consistente con la directiva dada por Perú Libre a los personeros de tomar las mesas de votación antes de que lleguen los miembros de mesa.
Como es lógico, usualmente la mayor proporción de actas observadas por la ONPE se da en las zonas alejadas o rurales, donde la capacitación es menor. En esta ocasión ocurrió al revés. Esto es lo que se desprende de los datos, y sin duda llama a preocupación. Luego de este proceso debería investigarse qué pasó acá.
Mientras tanto, tampoco se puede aceptar alteraciones dolosas de la voluntad popular. Solo queda esperar que el Jurado Nacional de Elecciones resuelva todos estos casos con la mayor transparencia y justicia electoral posibles. Y aceptar el resultado final, sea cual fuere.
Esa debe ser la actitud. No colaboran a este efecto ni es prudente que Pedro Castillo se autoproclame ganador antes de tiempo, ni que Keiko Fujimori saliera a denunciar fraude, aunque se aclarara que se refería a fraude en mesa. Felizmente, en la presentación de anteayer sobre los recursos de nulidad, ya no se usó la palabra fraude, aunque algunas de las actas presentadas denotaban clara alteración de la voluntad popular.
Por eso, se trata ahora de vigilar que la institución electoral resuelva sin parcializarse, y esperar con calma, bajando las tensiones. Finalmente lo que interesa es el país y este no será viable si, luego de conocido el conteo final, no es posible establecer puentes para acordar una vía que permita realmente recuperar la economía y empezar a resolver los problemas estructurales que nos golpearon con fuerza en esta pandemia, a todos.