“Mamá, no apagues la luz” o “mamá, déjame la luz prendida!, son algunas de las frases que los padres solemos escuchar con mucha frecuencia, sobre todo cuando nuestros hijos están afrontando sus primeros días durmiendo solos en su habitación o cuando están en un lugar realizando alguna actividad, y se oscurece o hace de noche.
Aunque esto suele ocurrir con bastante regularidad hasta que poco a poco deja de ser algo relevante para tu niño, hay que tener especial cuidado para tratar el tema, sobre todo si esta situación se convierte en un tema con el que le es difícil de lidiar para tu pequeño hijo; y lejos de ayudarlo podrías ocasionarle que el problema sea aun más complejo de lo que podría resultarle. A continuación te damos una guía de consejos para afrontar de manera exitosa esta crisis.
Realiza juegos en la oscuridad
Para vencer el miedo hay que retar al problema. Una forma didáctica que tienes de mejorar la situación, es proponerle a tu niño realizar actividades divertidas que puedan llevarse a cabo durante las noches, como hacer campamento en la sala o una noche de cine con las películas que más le gusten a tu hijo. Organiza estos eventos con regularidad, a modo que se vaya acostumbrando a permanecer a obscuras durante las noches.
Coloca una luz auxiliar en su habitación
Evita dejar a tu hijo totalmente a oscuras, en su lugar apuesta por colocar una lampartira al lado de su cama y déjasela encendida durante las noches, también puedes apostar por una lámpara de a pie, que otorgará un poco más de luz a la estancia. Usa una luz intermedia, de modo que no interfiera con su descanso.
Crea rutinas de sueño
Es importante que los niños tengan establecido un horario de sueño, no solo lo ayudará a garantizar su descanso, sino que también permitirá que duerma de largo y evite sentir miedo a quedarse a oscuras. Procura ser constante con la rutina, de modo que no se le descuadren los horarios a tus hijos y se despierte en medio de la madrugada.
Deja su puerta abierta
Evita dejar cerrada su habitación, el quedarse completamente solo y encerrado producirá que el miedo crezca aun más. Por ello, intenta dejando la puerta de su habitación entre abierta y con la luz del pasillo prendida, le dará mayor seguridad.
Consulta con un especialista
Si al estar a oscuras tu hijo comienza a hiperventilarse, temblar, romper en llanto o sudar, nos estaríamos enfrentando a un problema más severo. En tal sentido es mejor consultar con un especialista para que te brinde una orientación más personalizad al respecto.
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