Kanstantsin Zhukouski, es un activista bielorruso que no tuvo mejor idea para protestar en contra de la política de su ciudad, que inscribir a su mascota como candidato al consejo local de Mazur. Zhukouski afirmó que su loro, de ganar, no necesitaría un auto oficial, ni un apartamento. Según el activista, la única labor de los concejales se limita a “pulsar un botón”, algo que sin duda puede aprender su animal. Luego de que la comisión electoral decidiera aceptar la candidatura de la mascota del activista político, éste la retiró, por considerar que “ser consejal no daba mucho prestigio”. La pregunta es, ¿Alguno hubiera votado por el loro?
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