Una mujer de 32 años, dueña de una cafetería en Uruguay, llegó hasta la comisaría de Pocitos para denunciar un robo en el que, pese a llevarse todo el dinero de la caja, el asaltante fue muy amable.
Un hombre ingresó al local portando un revólver y amenazando a todo el mundo, lo que le hizo pensar a la dueña que la situación podría terminar en una tragedia. Sin embargo, luego de eso el hombre bajó el tono de su voz.
Se acercó a la cajera y le exigió que le dé todo el dinero. Cuando tuvo el dinero el asaltante le dijo “discúlpenme, pero es mi trabajo”.
Luego, se acercó a tres clientes y les exigió que le den sus carteras. Sin embargo, luego pareció arrepentirse. Se las devolvió y les dijo “son muy mayores y me da pena”.
Antes de retirarse del local, el asaltante volvió a pedir disculpar a todos los presentes y fugó a pie. Los efectivos policiales ya se encuentran analizando las imágenes de las cámaras de seguridad instaladas en el local para encontrar a este amable ladrón.