Aunque el arquitecto Aldo Mantovani reconoce que la Alameda de los Descalzos ha sido recuperada como un espacio público en el que familias enteras pueden pasear y hasta hacer ‘footing’, la consternación se dibuja en su rostro mientras observa la escultura de mármol de Carrara que representa al signo zodiacal cáncer, en uno de los extremos de la recién remozada alameda, ícono del distrito del Rímac.La estatua está mutilada. Le faltan la mano derecha, el pie izquierdo y la mitad de la herramienta que originalmente sujetaba con ambas manos. Así luce desde hace varios años la efigie hecha en Roma en 1855 y traída al año siguiente de Italia por el gobierno de Ramón Castilla, al igual que las otras 11, también de mármol de Carrara, que representan a los otros signos del zodíaco. Al menos cinco de esas esculturas presentan diversas mutilaciones, principalmente en los dedos de manos y pies.El 11 del mes pasado, el alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, entregó a la ciudad las áreas rimenses Alameda de los Descalzos, su adyacente Alameda de los Bobos y el Paseo de Aguas, que son parte del Centro Histórico y Patrimonio Cultural de la Humanidad, “remozadas y rehabilitadas completamente”, tal como se lee en el portal web de la comuna capitalina.De ahí nace el cuestionamiento de Mantovani, docente de la PUCP y estudioso de los monumentos del Centro Histórico de Lima. “Si hablan de una rehabilitación integral de la Alameda de los Descalzos, entonces debieron restaurarse las esculturas italianas. Ahí entramos a la discusión sobre el llamado falso arquitectónico, es decir, sobre qué es lo mejor: dejar la estructura mutilada, fiel a la versión original, o intervenirla con materiales actuales, distinguiendo claramente lo antiguo de lo nuevo. Es polémico. Pero el ojo no perdona, y por lo visto en las estatuas, la alameda no está restaurada completamente. Prefiero decir que está en proceso de restauración”, explica Mantovani.El especialista también critica que las bases de varias esculturas, de piedra porosa, estén descascaradas por el lado de atrás. “Solo las han resanado adelante. La polución hará que se sigan deteriorando”, agrega.Para la puesta en valor y rehabilitación de los tres escenarios del Rímac, la comuna de Lima destinó S/8’770.351. El historiador Virgilio Cabanillas, profesor de Patrimonio Histórico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, también cuestiona lo hecho por la comuna limeña. “La intervención en la Alameda de los Descalzos –dice– ha sido una burla. Las esculturas siguen dañadas y son quizá lo más importante como patrimonio que hay en la alameda”. “Han invertido bastante dinero en la remodelación general, pero no han tocado lo fundamental. Se debió priorizar el presupuesto. Es una vergüenza que la ciudad reciba la alameda con lo principal mutilado”, subraya Cabanillas, miembro invitado de la Comisión de Patrimonio del Colegio de Arquitectos del Perú y magíster en Arte Peruano y Latinoamericano.Según Cabanillas, si en el Perú no hay especialistas en restaurar obras de esa envergadura, debería invertirse en traer alguno del extranjero.
La respuesta “El proyecto aprobado por el Ministerio de Cultura no permitió restaurar en su total integridad las esculturas”, responde a El Comercio Rocío Esquivel, gerenta general de Emilima, empresa municipal encargada de la rehabilitación, quien destacó que sí se ha devuelto la unidad visual al conjunto de esculturas.Explica que, según la Carta de Atenas de 1931 sobre restauración de obras de arte, no se deben insertar elementos nuevos en estas, pero si eso pasa, los nuevos deben ser distintos a los originales. En ese sentido –refiere Esquivel–, el sector “Cultura recomendó mantener la integridad de la obra”.Aludido, el ministerio, que aprobó el proyecto en el 2014 y supervisó la obra, respondió a través de María Córdova, directora de Patrimonio Histórico Inmueble: “La intervención planteada en las esculturas correspondía solo a acciones de conservación, sin incluir restitución”. ¿Pudo recibir autorización la comuna para restaurar las efigies?, se le preguntó. “Sí, con el sustento respectivo”, indicó la funcionaria.Enrique Peramás, alcalde del Rímac, promete a este Diario que una vez que el municipio de Lima entregue al distrito todos los lugares recuperados, su gestión se abocará a restaurar las esculturas. “Si hacen falta recursos, el Patronato del Rímac nos ayudará”, asegura.Emilima dice que entregará la alameda al Rímac cuando acabe su liquidación de gastos, pero no define fecha para ello.La Alameda de los Descalzos fue construida por orden del virrey Juan de Mendoza y Luna en 1611. Su primera gran restauración se hizo en 1857.