Estuve en Río de Janeiro hace dos semanas por trabajo y tuve la oportunidad de visitar el Porto Maravilha. Es uno de los barrios más antiguos de la ciudad y sufre una larga decadencia desde la década de los 70, después de la construcción de un gran viaducto a lo largo del puerto que funcionó como una barrera entre el centro y el litoral marítimo.
En los últimos años, Porto Maravilha fue parte de uno de los proyectos de regeneración urbana más importantes en América Latina, dentro del plan olímpico. A pesar de que el lugar no tenía una sede, fue utilizado como el bulevar olímpico, donde los ciudadanos se podrían congregar en el espacio público para ver los Juegos en vivo. Para lograr esto, la ciudad realizó una serie de cambios estratégicos.
Primero, se eliminó el viaducto, redirigiendo el tráfico vehicular hacia nuevos túneles subterráneos. Al nivel del suelo se creó un gran bulevar accesible para los peatones y una nueva línea de tren ligero, que conecta el puerto directamente con el nuevo terminal terrestre de buses, el centro financiero y el aeropuerto nacional, respondiendo a una visión de la ciudad que otorga prioridad al peatón y al transporte público. Esto, junto con la plantación de más de 15.000 árboles, ha resultado en un entorno urbano activo, inclusivo y accesible.
Segundo, se invirtió en dos museos, el nuevo Museo del Mañana y una extensión del Museo de Arte de Río de Janeiro, reimaginando el puerto como un nodo cultural para la ciudad. Ignorando la estética del Museo del Mañana, diseñado por el ingeniero español Santiago Calatrava, el proyecto ha cumplido con su rol de ser un catalizador para la regeneración del barrio. Meses después de su inauguración, en cualquier día de la semana hay colas para entrar al museo.
En tercer lugar, se modernizó la infraestructura de agua, desagüe, y de energía eléctrica. Además, el proyecto incluyó nuevos usos como oficinas y un componente importante de vivienda social en un esfuerzo de repoblar la zona posindustrial.
La regeneración de Porto Maravilha representa un estudio de caso muy relevante para Lima por muchas razones. En nuestra ciudad, casi todos los proyectos están pensados aisladamente. El caso de Puerto Maravilla ha logrado pensar más allá de la regeneración en sí misma, para ir hacia lo multidisciplinario. Es un proyecto olímpico que no tenía una sede, pero que deja un importante legado para la ciudad que responde a problemas estratégicos tales como movilidad, cultura y espacio público.
Esta es una muestra de que no solamente se debe medir el éxito de un proyecto en el valor económico agregado que aporta a la ciudad, sino también en el crear una mejor accesibilidad para la vivienda cerca al centro de trabajo, al transporte, al espacio público y a los equipamientos que están ubicados a lo largo del litoral de la urbe.