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Coleccionismo hederitario: la familia Rosales y su fanatismo por Star Wars

Cuando cumplió 40 años, Willian Rosales decidió de que era el momento de hacer algo que realmente le gustara. Alentado por su esposa, comenzó a coleccionar figuras de Star Wars y ahora ostenta más de 700 piezas.
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"Yo quiero ser Jabba"
La gran mayoría de fanáticos de Star Wars quieren ser Luke Skywalker, Han Solo o el malvado Darth Vader. Sin embargo, Willian tiene un especial cariño a Jabba The Hutt, el jefe criminal alienígena. “Yo quiero ser Jabba. Es un súper monstruo que capturó a Han Solo. Mi esposa me ha dicho que me parezco a él, en el sentido que soy igual cuando me propongo conseguir una figura para mi colección”. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec
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Costumbres familiares
Para Willian, como padre de familia, es reconfortante ver cómo el coleccionismo se ha desarrollado en sus hijos y esposa. “Me siento muy feliz, porque sé que ellos siente lo mismo que yo al coleccionar. Todos somos niños por dentro, nunca dejamos de serlo”, resalta. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec
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La nueva esperanza
Hace 12 años, Willian Rosales, ingeniero industrial y padre de familia, comenzó a pensar que había llegado el momento de hacer algo que lo hiciera feliz, algo que fuera un regalo de él para su niño interior que quedó fascinado con las películas de Star Wars. En su cumpleaños número 40, su esposa Erika lo animó a incursionar en el coleccionismo al regalarle una figura de la nave el Halcón Milenario. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec
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Mi afición por Star Wars
“Me gustó mucho Una nueva esperanza, pero El imperio contraataca fue la que realmente me cautivó. La escena cuando el cazarrecompensas atrapa a Han Solo y es congelado en carbonita por Dath Vader, eso marcó un antes y un después en mí. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec
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El despertar de la fuerza
“Tú sabes que me gusta Star Wars, ¿no? Me queda solo la mitad del resto de mi vida y nunca hice lo que me hubiese gustado hacer”, dijo Willian a su esposa cuando le confesó su deseo de coleccionar. Por un momento, él pensó que estaba “viejo para eso”, pero ella lo incentivó. “Tienes que hacer las cosas que te hacen feliz, no puedes pasarte la vida pensando por qué no lo hiciste”, le dijo. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec
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El ascenso de Skywalker
La colección de Willian empezó en su casa. Poco a poco, la cantidad de figuras fueron ocupando una especie de museo en su hogar. Hoy y gracias al apoyo del empresario Erasmo Wong, sus figuras son exhibidas en dos museos ubicados en Plaza Norte y Mall del Sur. “Cada figura de mi colección cuenta una historia que recuerdo con cariño", asevera. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec
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Lo que se hereda, no se hurta
Nicolás, hijo de Willian, es un aficionado a los animes y la cultura japonesa. El joven de 19 años cuenta con una extensa colección de mangas en su idioma original. “Mi afición por los animes viene desde muy pequeño. Me llamó mucho la atención lo diferente que eran a diferencia de las caricaturas tradicionales, las costumbres de los personajes y la cultura detrás de las historias”, destaca. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec
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Uno para el otro
Erika, esposa de Willian, también es coleccionista. Mientras coleccionaba figuras de Star Wars, ella se enamoró de las historias de Harry Potter. Conoció el mundo de J.K. Rowlin, luego de acompañar a su hija al cine. “Salí encantada de la sala. Poco a poco, fui comprando todos los libros y ahora tengo hasta las ediciones originales escritas en inglés”, manifiesta. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec
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Una Padawan en casa
“Mi hija menor, Viviana, también es una amante de Star Wars y un día me pidió que le regalara una pieza de mi colección. Le dije que escogiera y eligió el Halcón Milenario, con el que empecé todo. Ni lo dudé, se lo entregué y solo le pedí que lo cuidara. Han pasado seis años desde eso y la nave está como si yo mismo la hubiese cuidado”, cuenta emocionado Willian. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec
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La odisea del general
Hay una pieza en la colección que implicó el esfuerzo de una travesía intergaláctica para conseguirla y un susto: la figura del general Grievous. "Es una pieza muy rara, porque estaba descontinuada. Justamente, la estaban subastando y mi amigo Rómulo estaba en Estados Unidos, no sé cómo hizo y la consiguió. Cuando la trajo, me advirtió que el empaque sonaba como una maraca. Me asusté, pero al final lo que había pasado es que venía en piezas para armar”. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec
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Despertar un sentimiento
William cuenta que él puede percibir cómo la “fuerza” despierta sentimientos en todo aquel que se fascina por sus figuras, al ver a los niños acercándose a verlas. “Puede desatar un sentimiento que despierta algo gigantesco en algunos o puede hacerte sentir la persona más triste de todas. Es algo que va más allá de lo monetario", dice. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec
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La fuerza de sentir
Como todo fanático de Star Wars, Willian es un convencido que esta energía de la que habla es transmitida, también a través de sus figuras coleccionables exhibidas en dos museos. Con emoción y orgullo, invita a que más personas visiten sus figuras y conozcan el fascinante mundo que maravilló su vida. Foto: Violeta Ayasta / @photo.gec

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