Martín Acosta González @martiacosta
Hace 16 años, Silvio le contó a su esposa su deseo de viajar por todo el mundo. Ella solo le puso una condición: que sus cuatro hijos, Patricio (22), Fabricio (20), Lara (18)y Ornella (17), los acompañen. Y fue así que cumplió un sueño de juventud. “Yo de chico partía solo con una mochila y ese es el espíritu que mantengo hasta ahora. Las obligaciones te llevan a dejar de lado algunas cosas, a postergar los proyectos, los sueños…”
¿Por qué la familia que recorre el mundo podría dejar de conocer Perú?
— ¿Y qué dijeron sus hijos?Estaban más que emocionados. Se contagiaron de nuestras ideas.
— Ellos van a conocer el mundo, pero ¿qué van a perder en el camino?Creo que nada. La apertura mental que va a dar este viaje es increíble. Normalmente la gente se mueve en un círculo pequeño y no tiene acceso a otras opiniones y a otra percepción del mundo. Vamos con el vehículo parando en diferentes lados y compartiendo mucho. Lo más duro es dejar amigos gente muy buena que vamos dejando en nuestro camino.
— ¿Y su educación?Ellos mantienen un plan de educación a distancia, pero también van adquiriendo experiencias y conocimientos importantes. Tenemos un plan de estudio de inglés, francés, italiano, alemán y portugués. También se han capacitado en temas de diseño web. Todos dirigidos a la comunicación.
— ¿Cómo financian el viaje?Lo primero fue la venta de la casa. Con eso compramos el vehículo y sobre la marcha vamos consiguiendo auspiciadores locales. Tenemos el apoyo de muy buenas personas que nos reciben en sus casas. Luego vendemos polos y tenemos pensado publicar un libro, que esperamos tener listo cuando lleguemos a Colombia.
— ¿No fue difícil tomar la decisión?Ya habíamos hablado mucho de eso. Una vez que nos decidimos, tuvimos que empezar a vender todo, la casa, y luego ir gestionando el dinero. Yo renuncié a mi trabajo y en el 2009 compramos el motorhome, que luego acondicionamos. Tardamos dos años en hacerlo a nuestro estilo y el 23 de agosto del 2012 partimos.
— ¿Pero costó el desapego?El sueño viene con buenas y malas, todo es un combo. No fue sencillo; si no, todo el mundo cumpliría sus sueños. El desarraigo fue complicado, pero Internet ha sido un arma importante. Mantenemos contacto con nuestros familiares y amigos, y a la vez conocemos amigos virtuales antes de llegar a nuestros destinos.
— ¿Y ellos qué opinan?Algunos están de acuerdo y otros no. Cuando lo planteamos al principio, a muchos no les gustó y otros no nos creían. También hubo gente a la que le pareció genial y nos dio su apoyo.
— ¿Qué es lo que quieren transmitir con este viaje?Nos preocupamos mucho por el medio ambiente. Vamos plantando árboles en los lugares donde vamos. Nuestro viaje es y será lo más ecoamigable posible: contamos con celdas solares, luz LED de muy bajo consumo, electrodomésticos clase AAA y en un futuro utilizaremos como combustible aceite vegetal usado. Viajamos difundiendo el plantado de árboles como solución efectiva contra el calentamiento global y difundimos de manera individual el ahorro de energía y el uso de las energías renovables.
— ¿Cuáles son las reglas de convivencia dentro del vehículo?Cada uno tiene una función. Por ejemplo, a Ornella le gusta cocinar y ella es la que se encarga de eso.
— ¿Qué anécdotas lleva en la ruta?En la Patagonia sufrimos un pequeño incendio a causa de un cortocircuito, un asunto que nos asustó, pero supimos solucionar. La última de ellas en Camaná, en donde la caja de cambios se rompió y nos quedamos un mes varados. Afortunadamente tenemos grandes amigos que nos han ayudado mucho.
— ¿Qué tal la experiencia en Perú?En general buena, aunque nos falta conocer muchos lugares. Hay un tema con la autorización de Aduanas que esperamos solucionar para poder llegar a los lugares que queremos: Cusco, Puno, Iquitos, Paracas.
Viví en Lima hace 30 años y he quedado gratamente sorprendido. He visto muchos parques con mucha vegetación, que antes no estaban. Tienen lugares muy bellos y la comida nos encanta. [Hace unos días sus hijos fueron asaltados en un puente de la avenida Javier Prado, cerca del Jockey Plaza]. Afortunadamente ellos están bien. Se llevaron algunas cosas de nuestro trabajo, registros personales y una laptop. Pero estas son cosas que suceden. Nada nos desanima.
— ¿Cuándo termina esta aventura?El viaje estuvo planeado para hacerlo en 10 años. Empezamos hace un año y medio, y en nuestro recorrido hemos conocido completamente nuestro país, nos hemos ido para Uruguay, Chile y ahora Perú. Se han alargado un poco los plazos, pero seguimos disfrutando el camino.
— ¿Qué harán cuando termine?Lo primero es terminar todos juntos, que nadie se quede en el camino. Después, buscar un lugar en el mundo donde construir una posada para turistas, para viajeros. La idea es que lo elijamos todos juntos.
Silvio Di LeoViajero
Tengo 52 años y junto con mi esposa y mis cuatro hijos decidimos cumplir el más grande sueño de un viajero: conocer los cinco continentes. Dejamos todo lo que teníamos, vendimos nuestra casa, renunciamos al trabajo y nos lanzamos a esta aventura. Viajamos en una gran casa rodante y nuestra meta es hacerlo en 10 años. Ahora estamos de paso por Perú, un país que conocía, pero quería mostrarles a mis hijos. En esta familia somos hinchas de River Plate. Nuestra mayor virtud es la unión y nuestro mayor defecto es que cuando uno está mal, todos nos bajoneamos.
www.rodandoando.com