GUSTAVO KANASHIRO FONKEN (@gkanashiro)Redactor de Sociedad
Habían salido a buscar objetos reciclables en los diversos descampados que hay en San Bartolo. La niña de 8 años y un adolescente de 17 decidieron recorrer la zona conocida como Cruz de Hueso y encontraron dos objetos metálicos. Ni imaginaron que se trataba de bombas instalaza. Horas después, una de estas armas de guerra acabaría con la vida de la más pequeña.
A mediados de la década de los 90, Cruz de Hueso era un lugar de entrenamiento militar. El Ejército usaba la zona todavía no urbanizada para realizar maniobras y pruebas de misiles anti tanques. Este espacio, como otros conocidos por ser espacios de pruebas militares, no tiene ningún tipo de vigilancia. No hay nadie que evite que una niña pueda excavar explosivos letales.
“Lamentablemente en los últimos años no ha habido el cuidado necesario en estas zonas que deberían tener vigilancia permanente. Siempre hay un riesgo de que haya municiones que quedaron inertes en años pasados”, dijo a El Comercio Andrés Gómez de La Torre, experto en temas de inteligencia.
La práctica común es que los lugares de pruebas militares estén alejados de zonas urbanas. Sin embargo, la expansión de las ciudades los ha desplazado con el paso de los años, dejando atrás descampados donde es común encontrar explosivos olvidados o que fueron disparados y nunca detonaron.
LAS ZONAS DE RIESGO¿Qué lugares han sido abandonados como lugares de ensayos militares? Fuentes de la UDEX y Gómez de La Torre confirmaron que, al menos, hay cinco zonas donde se podría repetir el caso de San Bartolo.
Estas son Cruz de Hueso (San Bartolo), las inmediaciones de la base militar La Tiza (Pucusana), cerca al penal Piedras Gordas (Ancón), el antiguo polígono de tiro en La Herradura (Chorrillos) y en la playa Hondable, en ruta a Ancón.
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“Cruz de Hueso y La Tiza eran lugares de entrenamiento. Antiguamente, Piedras Gordas era centro de entrenamiento del Ejército y ahora está envuelto por la expansión urbana. Era usado para grandes maniobras en la década del 70”, detalló Gómez de La Torre.
Hace unos 15 años había un polígono de tiro en La Herradura, lugar donde también se pueden hallar pertrechos abandonados, al igual que en la playa Hondable, antiguo centro de operaciones anfibias del Ejército.
¿QUIÉN ASUME?“El Ministerio de Defensa es el que tiene que tomar las medidas necesarias para que estos centros de entrenamiento o polígonos sean objetos de supervisión o vigilancia. Es un tema de agenda que tiene que estar a cargo de este despacho”, señaló Gómez de La Torre.
Este trabajo se debería realizar también en coordinación con las municipalidades distritales, ya que muchas veces la población no toma en cuenta el riesgo de manipular explosivos abandonados.
Consultados al respecto, el Ministerio de Defensa aseguró que toda zona que haya sido alguna vez un área de entrenamiento militar cuenta con la señalización suficiente para alejar a los ciudadanos. Sin embargo, sus representantes no supieron explicar cómo dos menores de edad pudieron llegar a manipular dos artefactos explosivos. Esperan que la investigación pertinente aclare esto.