La cruz de Limatambo, ubicada en el centro financiero de San Isidro, es anterior a los rascacielos, los bancos y los centros comerciales. Cuando fue instalada, en mayo de 1930, en ese lugar se extendían los campos de cultivo de la hacienda Limatambo Sur, propiedad de la familia Brescia.
Hoy, esta imagen religiosa pasa casi desapercibida en el cruce de la Vía Expresa de Paseo de la República con la avenida Javier Prado. No obstante, puede ser vista cuando uno viaja en el Metropolitano, rumbo al Centro de Lima.
La cruz de Limatambo está adornada con varios elementos alusivos a la Pasión de Cristo: el gallo representa la negación de Pedro; el Sol y la Luna marcan el paso del tiempo; los clavos y la corona de espinas recuerdan los instrumentos con los que se crucificó a Jesús.
Las cruces del camino, como la de Limatambo, eran hechas de madera y solían situarse en carreteras, colinas y cerros. El objetivo era guiar a los viajeros en el camino de la evangelización.
“Es una tradición que proviene de la Edad Media. Lo usual era que las personas recen o se persignen frente a las cruces”, explica Jaime Romero, artista plástico y experto en iconografía religiosa.
Aunque hoy pocos se persignan al pasar por la cruz de Limatambo, hay vecinos de San Isidro que todavía llevan flores al lugar.