Para la ley peruana, es lo mismo pisar un jardín y estropear unas plantas (sin que esto sea una infracción que se deba pasar por alto) que matar salvajemente a un animal. Ambas son consideradas faltas contra las buenas costumbres en el Código Penal. Debido a ello, hoy ningún agresor de mascotas ha recibido una sanción ejemplar.
El maltrato animal se oculta bajo una estela de impunidad. Tener cifras concretas de abusos y matanzas es tan difícil como averiguar el número de perros callejeros, señalan las organizaciones de defensa animal.
De estos ataques nos enteramos por videos que se viralizan en Internet o por denuncias que con cierta frecuencia se dejan ver en los medios. No obstante, el grueso de maltratos se da en un espacio privado y son unos pocos los que se hacen públicos.
Según la Asociación Peruana de Protección a los Animales (Asppa), los casos de maltrato han aumentado el último año. Muestra de ello son tres denuncias aparecidas esta semana: la matanza de perros en La Molina, el albergue clandestino en un pequeño departamento de la Residencial San Felipe y un perro pintado con los colores de un partido político en Trujillo.
MATANZA DE MASCOTASEl caso de La Molina grafica la ausencia de leyes que sancionen a quienes con intención y crueldad matan a mascotas. Un informe de este Diario reveló que los delincuentes dejaban ‘bocado’ (comida con veneno para roedores) a los perros a fin de deshacerse de ellos y robar las viviendas en varias zonas.
Si el robo se concreta y el ladrón es detenido en flagrancia, la muerte del perro puede significar un agravante aunque ello depende del juez que revisa el caso. Sin embargo, cuando el robo no se materializa pese a que el animal haya muerto (como pasó en varios casos en La Molina), el delincuente no recibe sanción alguna, o es juzgado solo por una falta contra las buenas costumbres.
Para el congresista Carlos Bruce, toda persona que cause la muerte a un animal doméstico, sea cual sea su intención, deberá recibir cuatro años de cárcel. “En el caso de que se trate de un delincuente, que actúa con premeditación para robar una vivienda, debería ser juzgado por dos delitos. El robo, de no concretarse, sería un agravante”, señaló a El Comercio.
El uso de veneno por los delincuentes no solo es un peligro para las mascotas, sino también para los niños pequeños, recordó el veterinario Francisco Bryce, de la clínica Oasis.
SANCIONES MÁS SEVERAS“En nuestro país los agresores viven protegidos por una legislación laxa y con sanciones débiles”, dijo el activista Ricardo Malpartida.
El artículo 450 del Código Penal establece solo sanciones económicas para aquellos que cometen actos de crueldad. Hasta 60 días-multa para agresiones y de 120 a 360 días-multa si el animal muriese como consecuencia del ataque.
Sin embargo, desde el 2000 en nuestro país existe la Ley 27265, que establece sanciones penales para estos casos, la cual no se puede cumplir porque aún no ha sido reglamentada por el Ejecutivo.
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