Los equipos para impedir las llamadas de los extorsionadores desde las cárceles serán instalados en los centros penitenciarios Ancón II, Castro Castro y Carquín de Huacho el sábado 13 de febrero. Les seguirá el de Lurigancho, con lo que se cubrirá el 45% de la población penal del país, informó a la “Agencia Andina” Tito Fernández, gerente general de Prisontec, el consorcio encargado de implementar este sistema de seguridad.
La colocación de los bloqueadores celulares en el penal de Lurigancho demorará unos 45 días. Esto debido al riesgo que supone trabajar dentro de una prisión de gran tamaño y donde existen varios operadores de telefonía móvil.
“Entrar a trabajar allí con herramientas, sabiendo los internos lo que estamos haciendo es un riesgo muy alto, siempre hay amenazas. Tenemos que mantener un sistema de inteligencia y de logística muy severo”, refirió el empresario.
Consideró que la implementación de estos equipos en el penal de Lurigancho es un “reto tecnológico” ya que alrededor del recinto carcelario hay varias viviendas que no pueden resultar afectadas con el bloqueo: “Tenemos que cubrir un área geográfica muy grande y acordar con los otros operadores, pues sus señales están muy cerca”.
Fernández recordó que hasta el momento hay ocho penales que cuentan con bloqueadores de celulares, entre ellos: el de Cañete, Huaral, Ancón I, Ica y Callao.
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