MARTÍN ACOSTA GONZÁLEZ / @martiacosta
Han pasado seis años desde que María entregó al bebe que dio a luz a una pareja de españoles. Diez meses antes había llegado a un acuerdo con ellos para prestar su vientre a cambio de 15 mil dólares. La joven alumbró a un varón en una clínica de Surco, donde se registró con los nombres de la española que la había contratado. Legalmente, María no era madre del niño. Es más, ni siquiera hay registros de su paso por la clínica.El niño le fue entregado a la pareja y luego inscrito con documentos falsos. Semanas después, los tres volaban de regreso a Madrid. Del pequeño no sabe nada, y de aquellos 15 mil dólares no queda ahora más que el recuerdo. “Trato de no pensar en él [bebe], ni sentir culpa. Yo ayudé a esa pareja y ellos me ayudaron a mí”, confiesa.
En nuestra normativa, el vientre de alquiler o la maternidad subrogada no está prohibida expresamente. La Ley General de Salud establece que toda persona tiene derecho a recurrir a un tratamiento de fertilidad, pero solo si la condición de madre genética y de madre gestante recae sobre la misma mujer. Es decir, se entiende que una tercera persona no podrá participar en la fecundación (donando su óvulo, por ejemplo) o gestar el embrión de una pareja. Sin embargo, el Código Penal no sanciona este tipo de prácticas.Según varios especialistas, estos vacíos legales permitirían que en estos casos se cometan delitos como la falsificación de documentos, la estafa, el tráfico de menores o las extorsiones.Pese a ello, decenas de peruanas ofrecen su vientre en alquiler en Internet por montos que van desde S/.40 mil hasta S/.70 mil. Además del pago, la pareja contratante acuerda correr con todos los gastos de la madre subrogada durante su gestación (exámenes, ecografías, vitaminas, parto, etc.) y pagarle una pensión durante el embarazo, que usualmente bordea los S/.1.200 al mes.
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María estableció contacto con la pareja de españoles por intermedio de su hermana, quien por esos años vivía en Madrid. “Ellos no tenían impedimento para concebir a un bebe, pero la mujer tenía miedo de pasar por el proceso del embarazo. Mi hermana trabajó para ellos por un tiempo y les propuso que yo les prestara el vientre. Vinieron a Lima y se quedaron aquí como si estuvieran de vacaciones”, revela a El Comercio. Dice que no hubo intermediarios y que los extranjeros hicieron los trámites por su cuenta.Sin embargo, existen organizaciones dedicadas a esta actividad, que reclutan a las candidatas a alquilar su vientre, contactan a las clínicas y a los médicos que vigilarán la gestación y, finalmente, falsifican los documentos del recién nacido. Hace algunos años una de estas mafias, que suelen captar a parejas extranjeras, fue descubierta en un informe de la televisión española. La banda cobraba US$30 mil por cada trabajo. Para el doctor Julio Dueñas, del Centro de Fertilidad Procrear, “este fue uno de los tantos casos que se presentan en el país”. “Pero no todos salen a la luz. Algunas clínicas no cumplen irregularidades en la inscripción de los bebes”, denuncia a este Diario.
El Comercio se comunicó con tres de las mujeres que ofrecían en Internet su vientre en alquiler. Según dijeron, todas ya habían tenido al menos una vez un embarazo por encargo.Además, afirmaron estar dispuestas a someterse a exámenes previos para descartar enfermedades genéticas. Eso sí: exigieron el 50% del pago al salir embarazadas, y la otra mitad del dinero un mes antes del parto. Todas se comprometían a renunciar al bebe inmediatamente después del nacimiento.Aunque algunos anuncios fueron subidos en el 2010, las mujeres mantenían vigentes sus ofertas. Ninguna reveló la forma en que el niño sería inscrito por los contratantes.“En el Perú la maternidad se determina con el parto. Quien da a luz es la madre, aunque los padres genéticamente sean otros”, explica Violeta Bermúdez, profesora de derecho de familia de la Pontificia Universidad Católica del Perú. La especialista subraya que tampoco hay garantía de que la madre de alquiler entregue al bebe a quienes la contratan. “Pueden darse casos de chantajes en los que se solicita más dinero del acordado en un comienzo”.
LOS ANUNCIOSAnuncio 1En la página web enfemenino.com, una pareja gay escribió un mensaje. Una mujer que se identificó como Rommy de Lima lo responde. Dejó su teléfono y nos comunicamos con ella. Dijo que tenía 34 años, una hija y que hace 10 años fue vientre de alquiler. Pidió S/.40 mil más una pensión de embarazo.
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Anuncio 2En el mismo foro aparece otro anuncio del Perú. En este una mujer se identifica como Jazmín y dice ser una psicóloga, que ofrece su vientre en alquiler por un tema económico. Dice tener 22 años y un hijo. A través del correo la joven se describe y cuenta que estuvo negociando con una familia semanas antes. El precio: S/.70 mil.
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Anuncio 3Katherine es otra mujer contactada. Comenta que ya se sometió a estos tratamientos en dos oportunidades. Además, tiene dos hijos y dice que su esposo está de acuerdo con esto. El precio: S/.50 mil.
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DATOSAl menos 80 mlls. de mujeres en el mundo tienen problemas de fertilidad, según reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Cerca de 1,2 mlls. de parejas peruanas en edad reproductiva tienen problemas para tener hijos, según un estudio de la clínica de fertilidad Procrear. En promedio, en el 40% de casos el problema es de las mujeres.
Cada año se realizan en promedio 4.500 procedimientos de fertilización asistida, según datos proporcionados por la Sociedad Peruana de Fertilidad.En su mayoría, son las mujeres mayores de 40 años las que acceden a estos tratamientos.