Unidad de Investigación
Los policías y sus familias respondieron con duros calificativos –a través de las redes sociales– al primer ministro Aníbal Torres luego de escuchar los agravios que este emitió contra la labor que vienen cumpliendo los uniformados que se enfrentaron el miércoles último a un grupo de vándalos que habían bloqueado la Panamericana Sur, en Ica.
El Comercio recogió los testimonios de los policías que participaron en poner orden luego de producidos los actos vandálicos del miércoles. Para ellos los calificativos que profirió Aníbal Torres son malintencionados y buscan resquebrajar la moral de la institución policial. “Qué diferente es ver por la televisión a una turba que agrede a policías y otra es estar al frente de los vándalos que te lanzan piedras por todos lados para herirte o matarte. Ese señor [Torres] nos quiere bajar la moral, pero no lo va conseguir”, dijo un entrevistado. Precisaron que tienen la orden del comando policial de controlar con gases lacrimógenos a los vándalos para evitar muertos y heridos, y se les ha prohibido el uso de otro tipo de arma.
Los policías consultados por este Diario señalaron que para demostrar los actos de violencia de una turba de desadaptados proporcionaron videos donde se aprecia a dos uniformados que fueron retenidos contra su voluntad, así como el grado de violencia que se ejerció ese día.
—Violencia—
En las imágenes se aprecia a una persona vestida de civil, que habría sido intercambiada por un policía retenido. Se escucha a una persona describiendo el momento: “Cambiazo, uno de sus representantes le van a dar por el colega que tiene ahí por nosotros. Un cambiazo nomás. Un colega por su representante”.
En otro video se aprecia cómo la turba lanzaba piedras a los policías y cómo un agente con un megáfono llamaba a la calma. En un tercer video, se aprecia a un uniformado que es retenido por la turba enardecida en la carretera.
Torres aclaró ayer que el contexto de sus declaraciones se dio luego de ver las imágenes de unos policías que eran apedreados por un grupo de vándalos que habían bloqueado la vía. “Cuando no se pueden paralizar los saqueos, cuando se baja a los pasajeros de los buses, ver que seis o siete policías no pueden detener a un vándalo; desesperado por esa presión, por ese estrés, dije que la policía no era eficiente. Pido disculpas por eso. La policía está trabajando, está haciendo esfuerzos”.
Sobre las expresiones del primer ministro, el expolicía José Luis Gil sostuvo que intenta bajar la moral e incentivar a los desadaptados a confrontar a los uniformados: “Este señor [Torres] intenta bajar la moral de los policías […] el efecto que pueden crear estas expresiones es incentivar para que el principio de autoridad no se imponga y se desobedezca a la autoridad policial”.
Para el abogado penalista Carlos Caro, los vándalos habrían cometido el delito de secuestro: “Los manifestantes habrían incurrido en varios delitos, el principal es el delito de secuestro que podría llegar a la cadena perpetua”. Añadió que el intercambio que habrían realizado los policías para salvaguardar la vida de un compañero se justifica, porque prevalece la integridad física.
Advirtió que los policías no pueden controlar a los vándalos con gases y escudos mientras les tiran piedras por todos lados, están en un estado de indefensión. Ello podría acarrear una responsabilidad penal de los mandos superiores, como el delito de exposición de personas en peligro y los policías heridos podrían demandar por un delito contemplado en el código laboral.
Ministro del interior respondió al premier Aníbal Torres: “Yo no puedo permitir que ofendan a mi Policía Nacional, que hagan declaraciones ante un medio extranjero hablando mal”, dijo el ministro del Interior, Alfonso Chávarry.
70 denuncias y más de 30 detenciones se registraron en la Fiscalía durante las protestas del 5 y 6 de abril. También hubo 162 acciones de prevención del delito.