Carabayllo es el distrito metropolitano donde más han aumentado las denuncias, en el ámbito fiscal, por robo. Del 2016 al 2018 hubo un incremento de 827% (de 236 a 1.952).
Algunos vecinos estaban tan desesperados que colgaron gigantografías con amenazas de linchamiento para los rateros que fueran atrapados en flagrancia por las organizaciones vecinales. En marzo pasado, el asentamiento humano Raúl Porras Barrenechea, ubicado frente al palacio municipal, colgó dos de esas advertencias. Hoy solo queda un cartel que los vecinos han doblado –mas no descolgado– luego de llegar a un acuerdo con la comuna.
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Desde que se inició la nueva gestión edilicia, la Gerencia de Seguridad Ciudadana estableció un acuerdo con los residentes y les prometió un patrullaje constante. Ahora, en la calle Jorge Chávez, la señora Isabel es la encargada de guardar el ‘cuaderno táctico’, una libreta en la que los serenos dejan constancia de que pasaron por el lugar.
Gloria Salazar, coordinadora de las juntas vecinales del distrito, asegura que en su momento esos letreros sí fueron disuasivos. De hecho, ella recomienda colocar avisos, solo que con un mensaje más amistoso. “En San Pedro les he recomendado a los dirigentes que coloquen una cámara y debajo un cartel que diga: ‘Sonríe, te estamos mirando’. Sé de otros sitios donde ha funcionado”, dice la mujer.
En esta localidad, añade, es indispensable que el vecino se comprometa con la seguridad en términos preventivos. Carabayllo es el distrito más extenso de Lima, con una superficie de 303,31 km2 y una población de 422.104 habitantes.
Según el censo de comisarías del 2017, la PNP dispone de 122 agentes para patrullar ese territorio. La Municipalidad de Carabayllo cuenta apenas con 200 serenos.
La central de vigilancia es un cuarto minúsculo con un escritorio, donde un solo agente por turno (son tres turnos) recibe las llamadas de los vecinos que reportan algún hecho delictivo. Lo consigna a mano, en un cuaderno, y vía radio controla el desplazamiento de los patrulleros y motorizados.
“Tenemos un convenio con el Ministerio del Interior, que nos va a dotar de una central de monitoreo de alta tecnología, con computadoras que están conectadas a 72 cámaras de vigilancia en los puntos más críticos del distrito”, dice el gerente de Seguridad Ciudadana, el coronel PNP Luis Colán. Esto se terminaría de construir a mediados del 2020. “Cuando tengamos la central de monitoreo, va a ser otra cosa”, asegura.
Por lo pronto, ocho agentes caninos (no hay presupuesto para alimentar a más) apoyan la labor de los serenos. “A inicios de este año entrenamos a los canes en lo básico y capacitamos a varios agentes municipales para que fueran sus instructores. Por las mañanas salen a patrullar cuatro canes; y por las tardes, los otros cuatro”, dice.
El mayor de los perros, un rottweiler llamado Misterio, ha cumplido ya los 12 años. El resto tiene, en promedio, 2. La tarea principal de la manada es resguardar los alrededores de los colegios públicos.
La labor es refrendada por los comités vecinales, las brigadas de autoprotección de las escuelas y las llamadas ‘patrullas juveniles’, jóvenes capacitados por la PNP que alertan si en sus escuelas hay extraños rondando y ofreciendo, por ejemplo, estupefacientes. “Así capturamos hace poco a un sujeto que quería obligar a unos escolares a vender droga en un colegio de la segunda etapa de San Benito”, recuerda Salazar.
—Polladas para un patrullero—
Gloria Salazar se coloca el chaleco que la identifica como dirigente de las juntas vecinales. Luego, se pone lentes de sol y una gorra para evitar ser identificada, por completo, por personas de mal vivir. “No es fácil trabajar por la seguridad ciudadana. Ya me han amenazado”, dice.
En junio de este año, el Ministerio del Interior incluyó a Carabayllo en la lista de los 120 distritos más vulnerables al crimen y la violencia en todo el país. En el ámbito de Lima y Callao, ocupaba el puesto 19. “Hay zonas oscuras donde quiero formar más juntas vecinales, sobre todo en las antiguas zonas rurales donde se están construyendo nuevas urbanizaciones”, señala.
Pero no siempre es fácil convencer a las personas de sumarse a esta labor, algo que sucede, por ejemplo, con la Agrupación Familiar Moruta, donde se quejan del aumento de robos de celulares y asaltos a mano armada en la entrada del asentamiento. “Cuando se les convoca a reunión, vienen máximo 10 personas. Acá somos 150 lotes”, dice Felipe, uno de los dirigentes, quien lleva el registro del patrullaje policial en la zona. “Siempre cumplen. Pero si hay un robo, no llegan”, se queja.
Salazar, quien trabaja codo a codo con la PNP, le explica que esta no se abastece y que faltan unidades en buenas condiciones. “Antes había siete patrulleros de la gestión de Ollanta Humala, pero cuatro están inoperativos. Dos agentes patrullan con su propia movilidad y las juntas hacemos polladas para reparar una de las camionetas. Haremos una en noviembre”, cuenta.
—Más información—
El presidente Martín Vizcarra presentó ayer 270 patrulleros alquilados para reforzar la seguridad ciudadana. Una pick-up de ese lote llegó a la comisaría de Carabayllo.
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